En la cocina, a veces las recetas más sencillas son las que nos dejan los sabores más memorables.
Esta combinación de leche evaporada y gelatina te sorprenderá, transformando dos ingredientes básicos en un postre cremoso y delicioso.
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Ingredientes
- 2 latas de leche evaporada
- 2 sobres de gelatina del sabor que más te guste
Preparación
- Vierte el contenido de las dos latas de leche evaporada en un recipiente apto para congelador. Congélalo durante al menos 1 hora. Este paso es esencial para obtener la textura deseada en el postre. Si lo prefieres, puedes hacerlo con horas de antelación o incluso el día anterior.
- Mientras la leche está en el congelador, comienza a preparar la gelatina. Generalmente, esto implica disolver el polvo en agua caliente y luego añadir agua fría, pero siempre es bueno seguir las instrucciones del paquete. Una vez lista, déjala reposar hasta que alcance temperatura ambiente.
- Una vez que la leche evaporada ha estado el tiempo suficiente en el congelador, sácala y bátela con una batidora. Verás cómo, al batirla, se transforma en una crema espesa y suave.
- Con la batidora en marcha, añade la gelatina a temperatura ambiente a la leche evaporada, vertiéndola en forma de hilo fino. Esta técnica permite que la gelatina se incorpore de manera uniforme. Bate durante unos minutos más para asegurarte de que todo esté bien mezclado.
- Una vez que tengas una mezcla homogénea, viértela en moldes individuales o en un molde más grande. Lleva al refrigerador y en aproximadamente 10 minutos ya podrás disfrutar de este delicioso postre, aunque si esperas un poco más, su sabor y textura se potenciarán aún más.
Esta receta es una auténtica joya por su simplicidad y sabor. Es una forma diferente de disfrutar de un postre que, aunque tiene pocos ingredientes, está cargado de un sabor que te encantará.
Pruébalo y sorprende a tus invitados con algo sencillo pero sorprendentemente delicioso. ¡Buen provecho!
