El aroma del pan recién horneado invade nuestra cocina y nos transporta a momentos reconfortantes. Si alguna vez has deseado experimentar la satisfacción de hacer tu propio pan casero, estás en el lugar indicado.
En esta receta, aprenderás cómo hacer un pan casero crocante que deleitará a tu familia y amigos con su textura crujiente y su sabor exquisito.
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Sigue paso a paso esta guía y descubre el placer de amasar y hornear tu propio pan.
Ingredientes
- 400 ml de leche tibia
- 12 g de levadura (1 cucharada colmada)
- 1 cucharada de azúcar
- 30 g de manteca derretida (o mantequilla)
- 600 g de harina de trigo
- 8 g de sal (1 cucharadita)
- 15 g de harina de trigo común
Preparación
- En un recipiente, combina la leche tibia, la levadura seca, el azúcar y la manteca derretida. Mezcla bien para asegurarte de que todos los ingredientes se incorporen adecuadamente.
- Agrega la harina de trigo común y la sal a la mezcla. Nuevamente, mezcla bien hasta obtener una masa homogénea.
- Transfiere la masa a una superficie enharinada y comienza a amasar. Trabaja la masa durante aproximadamente 10 minutos o hasta que esté suave y lisa al tacto. Si es necesario, puedes agregar un poco más de harina durante el proceso de amasado.
- Divide la masa en dos partes iguales y luego divide cada parte en 6 porciones. Moldea cada porción en forma de bollos y colócalos en una bandeja para hornear, dejando suficiente espacio entre ellos. Cubre los bollos con un paño limpio y déjalos reposar durante 15 minutos.
- Realiza pequeños cortes en la parte superior de cada bollo para decorar. Pincela la superficie con yema de huevo batido y, si lo deseas, puedes agregar un poco más de manteca derretida para realzar el sabor y obtener un acabado dorado.
- Precalienta el horno a 200 °C y, una vez alcanzada la temperatura adecuada, coloca la bandeja con los bollos en el horno. Hornea durante aproximadamente 25 minutos o hasta que el pan adquiera un color dorado y emane un delicioso aroma.
¡Y ahí lo tienes! Tu propio pan casero crocante está listo para ser disfrutado. Con cada bocado, disfrutarás de la crujiente corteza y la suavidad del interior. Acompaña este pan con mantequilla, mermelada o cualquier otro acompañamiento de tu elección. El pan casero no solo es una delicia para el paladar, sino también una actividad gratificante que te permitirá consentir a tus seres queridos con un producto hecho con amor. ¡Anímate a experimentar en la cocina y comparte la magia de tu pan casero crocante con quienes más quieres!