Cómo hacer Bizcochuelo de limón fácil y rápido

El bizcochuelo de limón no solo nos invita a disfrutar de un sabor suave y cítrico, sino también a rememorar esas tardes de merienda en casa.

Es ese aroma que sale del horno y nos envuelve, ese toque refrescante del limón y esa textura tan especial que nos lleva directo a la infancia.

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Acá te cuento cómo hacerlo fácilmente:

Ingredientes

  • 3 huevos
  • 200 g de azúcar
  • 200 g de harina 0000
  • 100 g de manteca derretida
  • 120 ml de leche
  • Jugo y ralladura de 2 limones
  • 1 chorrito de esencia de vainilla (opcional)
  • 1 cucharadita de polvo para hornear
  • Una pizca de sal

Preparación

  1. Comenzá por precalentar el horno a 180°C. Mientras, prepará un molde (de unos 20-23 cm de diámetro) untándolo con un poco de manteca y espolvoreándolo con harina.
  2. En un bol, batí los huevos junto con el azúcar. La idea es lograr una mezcla que tome un tono más clarito y una textura espumosa.
  3. Sin dejar de batir, añadí la manteca previamente derretida, asegurándote de que se integre bien a la mezcla.
  4. A esta preparación, sumale el jugo y la ralladura de limón. Si optaste por la esencia de vainilla, este es el momento de agregarla.
  5. Por otro lado, en un recipiente, tamizá la harina junto con el polvo para hornear y la sal. El tamizado es un pequeño paso que hace la diferencia, logrando que nuestro bizcochuelo quede bien aireado.
  6. Ahora, de a poco, integrá los ingredientes secos al bol principal, haciendo movimientos suaves y envolventes. No te olvides de la regla de oro: no sobremezclar.
  7. Sumá la leche a la masa. Mové con cuidado hasta lograr una consistencia uniforme.
  8. Volcá la preparación en el molde que habías reservado y emparejá la superficie con ayuda de una espátula.
  9. Llevá al horno durante unos 30-40 minutos. Una buena forma de comprobar si está listo es con el truco del palillo: si lo insertás en el centro y sale seco, ¡está perfecto!
  10. Una vez cocido, dejá que el bizcochuelo se temple dentro del molde por unos minutos. Luego, con mucho amor, desmoldalo y dejalo enfriar en una rejilla.
  11. Si querés darle un toque final, una vez frío, espolvoreale un poco de azúcar impalpable por encima.

Y ya está, un bizcochuelo de limón ideal para compartir o, ¿por qué no?, para disfrutarlo solito con un buen café. ¡A disfrutar!

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