Como hacer Albondigas de espinaca y queso

Deliciosa receta para disfrutar en compañía de tus seres queridos y una magnífica manera de incorporar verduras a tu dieta. Presentamos las Albóndigas de espinaca y queso. Evidentemente, el ingrediente principal es la espinaca, que aporta valor nutricional a nuestros platillos.

Específicamente, esta es la forma más destacada de enmascarar el vegetal, además de cocinarlo de forma apetitosa para que los más pequeños lo consuman con entusiasmo.

Esta receta también implica la combinación de queso y mantequilla, que le confieren mayor sabor y cuando se funden, lo transforman en un relleno irresistible. Simple, fácil y asequible, para elaborar en el hogar como una alternativa única y sumamente exquisita. A continuación, se detallan los elementos necesarios y todo el procedimiento.

Ingredientes

  • 300 gramos de Hojas de espinaca
  • 200 gramos de Queso rallado
  • 2 cucharadas de Harina
  • 25 gramos de Mantequilla
  • Sal y Pimienta al gusto
  • Ajo en polvo y Nuez moscada a discreción

Como hacer Albóndigas de Espinaca

Empezamos añadiendo un fragmento de mantequilla en la sartén y lo calentamos a fuego moderado a bajo, hasta que la mantequilla se deshaga.

Luego, incorporamos las espinacas previamente lavadas y cortadas, condimentándolas a elección, añadiendo sal y pimienta a gusto, además de incorporar el ajo en polvo y la nuez moscada a voluntad.

Cuando las espinacas se hayan reducido, incorporamos las cucharadas de harina y removemos minuciosamente todos los ingredientes para que se cocinen gradualmente. En esta etapa, notaremos la formación de una crema gracias a la liberación de agua por parte de las espinacas y la harina. En este punto, añadimos la mitad del queso rallado y retiramos la sartén del calor.

A continuación, mezclamos todos los componentes minuciosamente hasta lograr una textura compacta y espesa, permitiendo que se enfríe un poco. Posteriormente, procedemos a formar las pequeñas esferas con nuestras manos y las disponemos en un recipiente. Luego, en una cacerola con suficiente agua y un toque de sal, la llevamos a ebullición. Cuando el agua comience a hervir, introducimos las albóndigas para que se cocinen.

Es importante considerar que las albóndigas alcanzan el punto óptimo de cocción cuando emergen y flotan en la superficie. Finalmente, ya estamos listos para presentar las albóndigas en plato y esparcir el queso rallado restante, pudiendo acompañarlas con la guarnición que más nos agrade.

¡Ahora están dispuestas para ser saboreadas durante el almuerzo o la cena!

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