Cada tanto, nos encontramos con recetas que parecen demasiado buenas para ser verdad, especialmente cuando los ingredientes son mínimos.
Este es el caso de la “Torta Mágica”. Con solo cuatro ingredientes básicos, se transforma en un postre aireado, con una textura suave y un sabor que encanta a todos.
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Ingredientes
- 4 huevos fríos, separados
- 3/4 taza de harina
- 3/4 taza de azúcar
- 2 tazas de leche
Preparación
- Precalentá el horno a 180°C.
- En un bol grande, batí las yemas con el azúcar hasta que la mezcla adquiera un tono pálido y se vea cremosa.
- Sin dejar de batir, añadí de manera gradual la harina y la leche, alternando entre ambas.
- En otro recipiente, con la ayuda de una batidora, llevá las claras a punto nieve. Una vez listas, incorporalas suavemente a la mezcla anterior, usando movimientos envolventes para que no se bajen.
- Vertí esta preparación en un molde previamente enmantecado y enharinado.
- Cociná en el horno por unos 40 a 45 minutos. Sabrás que está lista cuando al tocarla sientas firmeza y su superficie se vea dorada.
- Permití que la torta se enfríe en el molde antes de intentar desmoldarla.
Consejos Adicionales
- Asegurate de que los huevos estén bien fríos antes de usarlos; esto facilitará que las claras monten a punto nieve con mayor facilidad.
- Aunque esta torta es deliciosa por sí sola, podés servirla con un poco de dulce de leche, crema batida o frutas frescas para agregarle un extra de sabor.
- Si al cortarla observas distintas capas en la torta, ¡no te alarmes! Es parte de la “magia” de esta receta. A medida que se cocina, los ingredientes se separan naturalmente, creando diferentes texturas en un solo postre.
- Para darle un toque especial, podés espolvorear con azúcar impalpable justo antes de servir.
