Con su textura sedosa y su sabor fresco, esta crema es perfecta para rellenar tortas, tartas de frutas, milhojas o simplemente disfrutarla sola con una cucharita.
Es rápida de preparar, muy fácil y su resultado es tan elegante como delicioso.
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Ingredientes
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2 yemas de huevo
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100 g de azúcar
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Ralladura de 1 limón
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Jugo de 1 limón (30 a 40 ml)
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20 g de maicena
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250 ml de leche entera (o vegetal, si preferís)
Preparación
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En un bol, batí las yemas con el azúcar durante unos 2 a 3 minutos, hasta que se vea una mezcla cremosa y clara.
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Incorporá la ralladura y el jugo del limón junto con la maicena. Mezclá hasta integrar y que no queden grumos.
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Calentá la leche en una cacerolita hasta que esté caliente pero sin hervir.
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Agregá la leche caliente de a poco sobre la mezcla de yemas, batiendo constantemente para evitar que se cocinen.
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Volvé a poner todo en la cacerola y cociná a fuego bajo, sin dejar de revolver con cuchara de madera o espátula.
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Una vez que la crema haya espesado, retirala del fuego y pasala a un bol limpio.
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Cubrí con film en contacto (que toque la superficie de la crema) para evitar que se forme una capa dura.
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Dejála enfriar primero a temperatura ambiente y luego en la heladera por al menos una hora antes de usar.
Sugerencias para servir
Podés usarla para rellenar tartas de frutas, bizcochuelos, profiteroles o servirla en copitas con frutas frescas.
También queda riquísima como base para postres fríos individuales.
Consejos
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Usá solo la parte amarilla del limón al rallarlo para evitar amargor.
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Si después de enfriarla queda muy espesa, batila un poco antes de usarla.
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Para una versión más suave podés reemplazar parte del jugo de limón por leche.
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Se conserva en heladera por hasta 3 días, siempre tapada.
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Si querés un toque extra de sabor, agregale una cucharadita de esencia de vainilla o una pizca de cúrcuma para intensificar el color.
Una crema tan simple como deliciosa, ideal para levantar cualquier postre casero y hacerlo brillar. ¿Te animás a probarla?