Este turrón es una de esas recetas clásicas que se preparan sin horno, con pocos pasos y resultados infalibles.
Tiene una textura firme pero fácil de cortar, un sabor intenso a chocolate y un interior bien marcado gracias a las capas de galletitas.

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Ingredientes
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200 g de chocolate semiamargo
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200 g de manteca
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200 g de azúcar
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200 g de avena arrollada
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Galletitas de agua tipo Express, cantidad necesaria
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Molde rectangular de aproximadamente 10 x 20 cm
Preparación
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Cortá el chocolate en trozos medianos y colocalo en una cacerola junto con la manteca.
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Llevá a fuego bajo y revolvé constantemente hasta que ambos ingredientes se derritan por completo y se integren sin que hiervan.
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Agregá el azúcar y mezclá bien hasta que se disuelva y la preparación quede pareja y brillante.
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Incorporá la avena arrollada de a poco, revolviendo para que se integre de manera uniforme y no queden grumos secos.
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Retirá la mezcla del fuego y dejala reposar uno o dos minutos para que tome un poco de cuerpo.
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Forrá el molde con papel manteca o film, dejando sobresalir un poco por los bordes para facilitar el desmolde.
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Colocá una primera capa de la mezcla de chocolate y avena, cubriendo bien la base del molde.
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Acomodá una capa de galletitas de agua encima, sin superponerlas demasiado.
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Repetí el proceso alternando capas de mezcla y galletitas hasta terminar los ingredientes, asegurándote de finalizar con una capa de chocolate.
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Alisá la superficie con una espátula o cuchara.
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Llevá a la heladera por al menos 4 horas, o al freezer durante 2 horas, hasta que esté bien firme.
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Desmoldá con cuidado y cortá en rodajas o cuadrados con un cuchillo limpio.
Tips y consejos:
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Usar fuego bien bajo es clave para que el chocolate no se queme ni se separe de la manteca.
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Si el azúcar no termina de disolverse del todo, podés mezclar un poco más fuera del fuego aprovechando el calor residual.
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La avena arrollada tradicional aporta mejor textura que la instantánea, ya que mantiene un leve crocante.
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Para cortes prolijos, pasá el cuchillo por agua caliente, secalo y recién ahí cortá el turrón.
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Este turrón se conserva perfectamente en la heladera durante varios días, bien envuelto para que no tome olores.
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Si lo llevás al freezer, conviene pasarlo a la heladera unos minutos antes de servir para que no esté demasiado duro.
Un turrón simple, económico y rendidor, ideal para resolver un postre sin complicaciones y con sabor bien casero.