Delicada, húmeda y con un sabor inconfundible a pistacho, esta torta es perfecta para quienes buscan un postre elegante y diferente.
Su textura esponjosa y su cobertura cremosa logran un equilibrio ideal entre dulzura y suavidad.

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Ingredientes
Para el bizcochuelo:
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5 huevos grandes
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180 g de azúcar
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150 g de harina común
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80 g de pistachos pelados y triturados
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1 cucharadita de polvo de hornear
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100 ml de leche tibia
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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80 g de manteca derretida
Para la crema de relleno:
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400 ml de crema de leche
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250 g de queso mascarpone o queso crema
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100 g de azúcar impalpable
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2 cucharadas de pasta de pistacho o pistachos molidos finos
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1 cucharadita de esencia de vainilla
Para la cobertura:
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150 g de chocolate blanco
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50 ml de crema de leche
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2 cucharadas de pasta de pistacho (opcional para dar color y sabor)
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Pistachos picados para decorar
Preparación
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Preparar el bizcochuelo:
En un bol grande, batí los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla bien espumosa y clara. Incorporá la manteca derretida, la leche tibia y la vainilla. Tamizá la harina junto con el polvo de hornear y añadila poco a poco, mezclando con movimientos envolventes. Por último, incorporá los pistachos triturados. -
Hornear:
Verté la mezcla en un molde enmantecado y enharinado (22 a 24 cm de diámetro). Llevá al horno precalentado a 180 °C durante 35 a 40 minutos o hasta que al insertar un palillo salga limpio. Dejá enfriar completamente antes de cortar. -
Preparar la crema:
Batí la crema de leche hasta que empiece a tomar cuerpo. En otro bol, mezclá el queso mascarpone con el azúcar impalpable, la pasta de pistacho y la vainilla. Uní ambas preparaciones con movimientos suaves hasta obtener una crema aireada y firme. -
Armar la torta:
Cortá el bizcochuelo en tres o cuatro capas iguales. Rellená cada capa con una porción generosa de la crema de pistacho, extendiéndola de manera pareja. A medida que superponés las capas, asegurate de mantener la torta recta y bien armada. -
Preparar la cobertura:
Calentá la crema de leche hasta que esté tibia y volcala sobre el chocolate blanco picado. Mezclá hasta derretir completamente y añadí la pasta de pistacho para darle ese tono verde suave. Dejá entibiar unos minutos hasta que espese ligeramente. -
Cubrir y decorar:
Verté la cobertura sobre la torta permitiendo que caiga de forma natural por los bordes. Decorá con copetes de crema, utilizando una manga pastelera, y espolvoreá pistachos picados por encima.
Tips y consejos:
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Si no conseguís pasta de pistacho, podés reemplazarla moliendo pistachos pelados con una cucharada de aceite neutro hasta formar una pasta.
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Guardá la torta en la heladera hasta el momento de servir; mejora su sabor si reposa unas horas.
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Para un toque extra, agregá una cucharada de licor de almendra en la crema o un baño liviano de almíbar al bizcochuelo antes de rellenar.
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Si preferís una versión más liviana, reemplazá parte del mascarpone por yogur natural espeso.
Una torta húmeda, fragante y con un sabor equilibrado que conquista desde el primer bocado.
Ideal para celebraciones o simplemente para disfrutar con un buen café.