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Cómo hacer Tarta de queso fría ¡La mas fácil del mundo!

La tarta de queso fría es uno de esos postres que siempre triunfan.

Cremosa, suave y con un contraste delicioso gracias a la mermelada, se prepara sin necesidad de horno y con muy pocos ingredientes.

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Una receta práctica que cualquiera puede hacer en casa y que sorprende en cada bocado.

Ingredientes

  • 200 g de galletitas tipo vainilla

  • 100 g de manteca derretida

  • 500 g de queso crema

  • 200 ml de crema de leche

  • 120 g de azúcar

  • 10 g de gelatina sin sabor

  • 50 ml de agua

  • 1 cucharadita de esencia de vainilla

  • 200 g de mermelada de frutos rojos (frutilla, frambuesa o arándanos)

Preparación

  1. Triturar las galletitas hasta obtener un polvo fino y mezclarlas con la manteca derretida. Forrar la base de un molde desmontable con esta preparación, presionando bien para que quede compacta. Llevar a la heladera durante 20 minutos.

  2. En un bol grande, batir el queso crema junto con el azúcar y la esencia de vainilla hasta lograr una mezcla suave y sin grumos.

  3. Aparte, batir la crema de leche hasta que tome un poco de cuerpo, sin llegar a punto chantilly. Incorporarla a la mezcla de queso con movimientos envolventes.

  4. Hidratar la gelatina en el agua fría, dejar reposar unos minutos y luego disolverla a baño María o en microondas. Integrarla a la mezcla de queso mientras aún está tibia.

  5. Verter la crema sobre la base de galletitas y alisar bien la superficie. Llevar a la heladera por un mínimo de 4 horas, o hasta que esté firme.

  6. Una vez cuajada, cubrir la superficie con la mermelada de frutos rojos y volver a enfriar 30 minutos antes de servir.

Consejos:

  • Para una base más crocante, podés mezclar las galletitas con una cucharada de azúcar extra o añadir un poco de coco rallado.

  • Si preferís un sabor más intenso, usá queso crema tipo philadelphia o mezclalo con un poco de queso mascarpone.

  • Podés variar la cobertura con dulce de leche, chocolate derretido o frutas frescas. Frutillas y arándanos son ideales para realzar el sabor.

  • Asegurate de disolver bien la gelatina, ya que si quedan grumos la textura de la tarta puede no ser homogénea.

  • Si querés una versión más ligera, reemplazá parte de la crema de leche por yogur natural sin azúcar.

  • Lo ideal es preparar la tarta el día anterior y dejarla reposar toda la noche en la heladera, de esa manera los sabores se integran mejor y la consistencia queda perfecta.

  • Para un corte prolijo, usá un cuchillo mojado en agua caliente y limpiá la hoja en cada rebanada.

Con esta receta simple y sin horno, tendrás una tarta de queso fría deliciosa, fresca y perfecta para cualquier ocasión especial o para darse un gusto en casa.

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