Un postre que combina suavidad, frescura y un toque de dulzura irresistible.
La base crocante sostiene una crema suave y aromática, cubierta con duraznos jugosos que se doran al horno y se realzan con un brillo final.
Te recomendamos: Cómo hacer postre de 3 ingredientes ¡NO necesita ser hervido y simplemente se deja CONGELAR!
Ideal para acompañar un café o coronar una comida especial.
Ingredientes
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1 disco de masa hojaldrada lista para usar (aprox. 100 g)
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8 mitades de duraznos en almíbar bien escurridos o duraznos frescos
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245 ml de leche entera
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75 g de azúcar
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1 chaucha de vainilla o 1 cucharadita de esencia de vainilla
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2 yemas + 1 yema extra para dorar
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22 g de fécula de maíz
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2 cucharadas de mermelada de durazno
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1 cucharada de azúcar impalpable
Preparación
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Hacer la crema pastelera
Colocar 225 ml de leche en una cacerola junto con 40 g de azúcar y la chaucha de vainilla abierta (o esencia). Calentar hasta que rompa hervor. En un bol, batir las 2 yemas con los 35 g de azúcar restantes hasta que aclaren. Agregar la fécula de maíz y los 20 ml de leche que quedaron, mezclando bien. Volcar la leche caliente sobre esta mezcla en forma de hilo, batiendo sin parar. Pasar todo nuevamente a la cacerola y cocinar a fuego medio, batiendo hasta que espese (2-3 minutos). Llevar a un bol, cubrir con film en contacto y enfriar en heladera 2 horas. -
Preparar la base
Precalentar el horno a 200 °C. Colocar la masa en un molde para tarta de 24 a 26 cm, pinchando el fondo con un tenedor para evitar que se infle. -
Armar la tarta
Batir la crema pastelera fría para alisarla y distribuirla sobre la base. Colocar las mitades de durazno con la parte curva hacia arriba, distribuyéndolas de forma pareja. -
Dorar y hornear
Batir la yema extra con una cucharadita de agua y pincelar los bordes de la masa. Llevar al horno y cocinar entre 25 y 30 minutos, hasta que la masa esté bien dorada. Si dora muy rápido, cubrir con papel aluminio. -
Dar brillo
Calentar la mermelada con una cucharadita de agua y pincelar sobre los duraznos y la masa. Espolvorear con azúcar impalpable al gusto. -
Servir
Presentar tibia o a temperatura ambiente. También queda perfecta acompañada de helado de vainilla, crema batida o un toque de frutas frescas.
Consejos:
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Si usás duraznos frescos, elegí los que estén firmes para que mantengan su forma durante la cocción.
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Podés saborizar la crema pastelera con un toque de licor de durazno o de naranja para un aroma extra.
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Para un acabado más crocante, espolvoreá almendras fileteadas antes de hornear.
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Si querés que la masa quede aún más crujiente, precocinala 5 minutos antes de colocar el relleno.
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La mermelada de durazno se puede reemplazar por damasco o naranja, según tu gusto.
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Guardá las sobras en la heladera y consumilas dentro de los 2 a 3 días.
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Si buscás una versión más liviana, podés hacer la crema pastelera con leche descremada y menos azúcar.
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El brillo final no solo aporta presentación, también ayuda a que la fruta se mantenga fresca por más tiempo.
Con esta tarta, vas a lograr un equilibrio perfecto entre lo crujiente, lo cremoso y lo afrutado, ideal para cualquier momento especial.