Si te gustan los postres caseros con frutas y buscás una receta que combine sabor, textura y un aroma irresistible, esta tarta alemana de manzana con almendras es una opción ideal.
Se trata de una preparación clásica, con una base mantecosa, manzanas aromatizadas al limón y canela, y una cobertura crocante que le da un toque especial.
Te recomendamos: ¡Toma 2 manzanas y haz esta deliciosa receta en 5 minutos! Muy fácil y delicioso
Perfecta para acompañar con un mate, un café o como postre en una comida familiar.
Ingredientes
Para la masa:
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200 g de harina
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100 g de manteca fría
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50 g de azúcar
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1 huevo
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1 pizca de sal
Para el relleno:
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4 o 5 manzanas (preferentemente verdes o tipo Golden)
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100 g de azúcar
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1 cucharadita de canela en polvo
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1 cucharada de harina
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Jugo y ralladura de 1 limón
Para la cobertura:
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50 g de manteca
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50 g de azúcar
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50 g de harina
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50 g de almendras molidas (opcional pero muy recomendables)
Preparación
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Colocá en un bowl la harina, el azúcar y la pizca de sal. Agregá la manteca bien fría cortada en cubitos y empezá a desarmarla con los dedos o con un tenedor hasta lograr una textura arenosa. Sumá el huevo y uní todo sin amasar demasiado. Si ves que está muy seca, podés agregar una cucharadita de agua fría. Hacé una bolita con la masa, envolvela en film y llevá a la heladera por 30 minutos.
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Mientras la masa descansa, pelá las manzanas y cortalas en rodajas finitas. Colocalas en un bowl y mezclalas con el azúcar, la canela, la harina, el jugo y la ralladura de limón. Dejalas reposar para que suelten su jugo y tomen sabor.
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Precalentá el horno a 180 °C. Estirá la masa con un palote sobre una superficie apenas enharinada y cubrí con ella un molde para tarta previamente enmantecado. Pinchá la base con un tenedor y volcá el relleno de manzanas encima, distribuyéndolo de forma pareja.
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Para la cobertura, derretí la manteca y mezclala con el azúcar, la harina y las almendras molidas. Esta mezcla va a quedar como un granulado. Espolvoreala por encima del relleno, cubriendo lo más posible.
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Llevá la tarta al horno durante 45 a 50 minutos, hasta que la superficie esté dorada y veas que el jugo de las manzanas empieza a burbujear por los bordes.
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Una vez lista, dejala enfriar a temperatura ambiente antes de servir. Podés acompañarla con un poco de crema batida, helado de vainilla o simplemente sola, que ya es una delicia.
Una tarta clásica, sabrosa y fácil de hacer. Ideal para lucirte en cualquier merienda o como postre después de una buena comida.
¡Animate a prepararla y vas a ver que no queda ni una porción!