Crujientes por fuera y suaves por dentro, son unas rosquitas dulces que combinan la suavidad de la harina de trigo con el sabor único de la harina de maíz.
Ideales para acompañar con café, té o un vaso de leche, son una delicia clásica que no pasa de moda y que podés preparar fácilmente en casa.
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Ingredientes
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3 tazas de harina de maíz
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1 taza de harina de trigo
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1 taza de azúcar
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1/2 taza de manteca vegetal (a temperatura ambiente)
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1 cucharadita de polvo para hornear
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1 pizca de sal
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1 huevo
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1/2 taza de leche evaporada
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1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
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En un bol grande, mezclá la harina de maíz, la harina de trigo, el azúcar, el polvo para hornear y la sal, integrando bien los ingredientes secos.
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Agregá la manteca y el huevo a la mezcla. Con las manos limpias, frotá y desmenuzá hasta que se forme una textura arenosa.
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Incorporá de a poco la leche evaporada junto con la esencia de vainilla, amasando hasta conseguir una masa suave, homogénea y fácil de manejar.
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Tomá pequeñas porciones de masa, formá bolitas y luego estiralas en tiras finas. Uní los extremos para darles forma de rosquilla.
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Disponé las rosquitas sobre una bandeja para horno previamente engrasada o cubierta con papel manteca, dejando un espacio entre cada uno.
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Precalentá el horno a 180°C y horneá de 15 a 20 minutos, o hasta que estén dorados en la base y ligeramente firmes al tacto.
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Retirá del horno y dejalos enfriar completamente sobre una rejilla antes de servir.
Tips y consejos:
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Si querés un toque más aromático, agregá media cucharadita de canela en polvo a la mezcla seca.
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Para una versión más suave, podés reemplazar la leche evaporada por leche común entera.
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Si no tenés manteca vegetal, usá manteca común o margarina, pero recordá que el sabor y la textura variarán ligeramente.
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Un toque de ralladura de limón o naranja le dará un aroma fresco irresistible.
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Para que no pierdan la forma, enfriá la masa ya moldeada en la heladera 10 minutos antes de hornear.
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Si querés que tengan un dorado más parejo, girá la bandeja a la mitad de la cocción.
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Podés espolvorear azúcar o azúcar mezclada con canela antes de hornear para un acabado más dulce.
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Guardalos en un frasco hermético una vez fríos para mantenerlos crujientes por varios días.
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Si te gustan más tiernos, sacalos apenas se doren y dejalos enfriar en un recipiente tapado.
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Para un sabor diferente, probá añadir coco rallado a la masa antes de hornear.
Estas rosquitas caseras son perfectas para disfrutar en familia, llevar a una merienda o compartir en cualquier momento del día.