Esta receta es perfecta para preparar una gran cantidad de galletitas caseras, ideales para vender, regalar o disfrutar con el mate.
Quedan suaves, con un sabor dulce y una textura tierna que se mantiene por varios días.
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Lo mejor es que se hacen rápido y rinden muchísimo.
Ingredientes
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1 kilo de harina de trigo común
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½ kilo de manteca vegetal (margarina)
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375 g de leche condensada (1 lata)
Preparación
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En un bol grande, colocá la harina y la manteca vegetal. Con las manos, mezclá hasta lograr una textura arenosa, como si fuera pan rallado grueso. Este paso ayuda a que la masa quede más liviana.
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Agregá la leche condensada y continuá amasando hasta integrar bien los ingredientes. No amases de más; solo lo necesario para obtener una masa firme y uniforme.
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Usá una cuchara cafetera o una cuchara medidora para porcionar la masa y que todas las galletas queden del mismo tamaño. Formá bolitas y acomodalas sobre una bandeja limpia o con papel manteca, dejando un pequeño espacio entre cada una.
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Si querés hacer las clásicas con mermelada, presioná suavemente el centro de cada bolita con el dedo y colocá un poco de mermelada apta para horno. También podés decorarlas con chispas de colores, coco o nueces picadas antes de hornear.
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Un truco útil: mezclá la mermelada con una cucharada sopera de fécula de maíz antes de usarla. Esto evita que se desparrame mientras se cocinan y ayuda a que conserve el color y la forma.
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Llevá las galletas al horno precalentado a 180 °C. Horneá durante unos 20 minutos o hasta que estén apenas doradas en la base.
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Dejalas enfriar completamente antes de guardarlas o decorarlas. Una vez frías, podés pasarlas por una mezcla de azúcar y canela para darles un sabor diferente.
Tips y consejos:
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Si querés que las galletitas salgan más suaves, reemplazá una taza de harina por fécula de maíz. Quedan más livianas y se deshacen en la boca.
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Podés dividir la masa en partes y saborizar cada una diferente: con vainilla, cacao o ralladura de naranja.
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Si las vas a vender, dejalas enfriar bien antes de empaquetar para evitar que se humedezcan.
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Conservá las galletitas en frascos herméticos o latas metálicas. Se mantienen frescas durante una semana.
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Si usás moldes decorativos o sellos, espolvorealos con un poco de harina para que no se peguen.
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Para lograr un dorado parejo, colocá la bandeja en el centro del horno y cociná una tanda por vez.
Con estas cantidades vas a obtener entre 80 y 100 galletitas pequeñas, perfectas para cualquier ocasión.
Una receta económica, rendidora y deliciosa, ideal para compartir o sumar a tu emprendimiento.