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¿Por qué recomiendan poner hojas de menta abajo de la almohada?

La menta es una de las hierbas aromáticas más utilizadas tanto en la cocina como en la medicina natural, pero lo que muchos desconocen es que también puede mejorar la calidad del descanso.

Colocar un par de hojas bajo la almohada antes de dormir es una práctica antigua que todavía se mantiene vigente por sus efectos relajantes y beneficios respiratorios.

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Los efectos de la menta en el sueño

El principal secreto de la menta está en su perfume.

Su aroma fresco y penetrante tiene un impacto directo en el sistema nervioso, ayudando a reducir la tensión acumulada durante el día.

Inhalar ese olor puede generar un efecto calmante que favorece el descanso profundo.

Estudios recientes señalan que ciertos estímulos olfativos, como el del mentol presente en la menta, ayudan a disminuir la frecuencia cardíaca y a inducir una sensación de paz interior.

Otro punto a favor es su capacidad para abrir las vías respiratorias.

Quienes suelen sufrir congestión nasal, resfríos leves o alergias, encuentran alivio en el aroma de la menta, que facilita la entrada de aire y evita interrupciones durante la noche.

En otras palabras, no solo relaja, sino que también mejora la respiración, lo cual se traduce en un sueño más reparador.

Cómo usar hojas de menta debajo de la almohada

Para aprovechar al máximo sus propiedades, conviene elegir hojas frescas y limpias, preferentemente recién cortadas, ya que liberan un aroma más intenso.

Antes de colocarlas bajo la almohada, es recomendable dejarlas secar un poco al aire para evitar la humedad.

Se pueden ubicar directamente debajo de la funda o dentro de una bolsita de tela fina, lo que ayuda a mantenerlas en su lugar y evita que se rompan o manchen.

La distribución debe ser ligera, de modo que el perfume se perciba sin resultar invasivo.

Es importante reemplazarlas cada dos o tres días para mantener el frescor del aroma y asegurar su efectividad.

Además, esta práctica puede combinarse con otras rutinas de relajación nocturna, como leer un libro o tomar una infusión suave, para potenciar sus beneficios.

Tips y consejos:

  • Si no tenés hojas frescas, podés usar hojas secas, aunque el aroma será menos intenso.

  • Para quienes sufren de insomnio leve, combinar la menta con lavanda en una bolsita aromática puede potenciar el efecto relajante.

  • No uses demasiadas hojas, ya que un olor demasiado fuerte puede tener el efecto contrario y dificultar el descanso.

  • Si preferís, podés preparar un spray natural con agua y unas gotas de aceite esencial de menta y pulverizar ligeramente la funda de la almohada.

  • Esta práctica no reemplaza tratamientos médicos en caso de trastornos del sueño crónicos, pero sí puede ser un complemento natural y sencillo.

En definitiva, poner hojas de menta bajo la almohada es un hábito fácil de implementar que combina tradición y bienestar.

Una forma natural de relajar el cuerpo, despejar las vías respiratorias y disfrutar de un descanso más placentero cada noche.

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