Un pastel húmedo, dorado y con una miga esponjosa que se realza con trocitos de fruta seca y crocancia de nueces.
Es una receta práctica, nutritiva y perfecta para quienes buscan algo dulce pero liviano, ideal para desayunos, meriendas o como colación energética.
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Ingredientes
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200 g de harina integral o de avena (también podés usar mitad integral y mitad común)
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2 huevos medianos
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100 ml de aceite de coco o de oliva suave
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120 g de miel o sirope de agave
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120 ml de yogur natural sin azúcar
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1 cucharadita de polvo de hornear
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½ cucharadita de bicarbonato de sodio
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1 pizca de sal
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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40 g de nueces o almendras picadas
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40 g de damascos secos cortados en cubitos
Cobertura saludable
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3 cucharadas de yogur natural sin azúcar
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1 cucharadita de miel
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Nueces picadas y trocitos de damasco seco para decorar
Preparación
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Precalentá el horno a 180 °C y engrasá un molde redondo de 20 cm con aceite o cubrilo con papel manteca.
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En un bowl grande batí los huevos con la miel, el aceite y la esencia de vainilla hasta lograr una mezcla cremosa. Sumá el yogur natural y seguí batiendo para integrar.
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En otro recipiente mezclá la harina integral o de avena, el polvo de hornear, el bicarbonato y la sal.
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Incorporá los secos de a poco sobre la preparación líquida, integrando con movimientos envolventes para mantener aireada la mezcla.
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Agregá la mitad de las nueces y la mitad de los damascos secos, distribuyéndolos suavemente para que queden bien repartidos en la masa.
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Volcá la preparación en el molde, alisá la superficie y llevá al horno durante 30 a 35 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.
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Dejá entibiar en el molde unos 10 minutos, luego desmoldá y colocá sobre una rejilla para enfriar por completo.
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Prepará la cobertura mezclando el yogur con la miel. Extendé sobre la superficie del pastel y decorá con las nueces y los damascos secos restantes.
Consejos:
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Podés reemplazar la miel por pasta de dátiles si querés un endulzado natural aún más intenso.
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Si te gustan los pasteles más húmedos, agregá media manzana rallada a la mezcla.
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Los damascos secos se pueden sustituir por higos, arándanos o pasas.
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Se conserva hasta 5 días en heladera en recipiente hermético, y en el freezer hasta 1 mes en porciones individuales.
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Para darle un sabor extra, sumá ralladura de naranja a la mezcla líquida antes de hornear.
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Si buscás una versión sin gluten, usá harina de avena certificada o mezcla sin TACC.
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Es una receta versátil: podés transformarla en muffins saludables usando pirotines, ajustando el tiempo de cocción a unos 20 minutos.
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Servilo acompañado con yogur natural o un té suave para resaltar sus sabores.
Este pastel es una opción deliciosa y nutritiva, con una cobertura liviana y un equilibrio perfecto entre el dulzor de la miel, la frescura del yogur y el contraste de los frutos secos.