Este bizcochuelo de textura suave y esponjosa es ideal para los que buscan un postre liviano pero con muchísimo sabor.
La base de yogur y la presencia de vainilla le dan un perfume y una consistencia únicos.
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Una receta que combina sencillez con elegancia y que puede servirse en ocasiones especiales o como postre de todos los días.
Ingredientes
Para la masa:
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4 huevos
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150 g de azúcar
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500 g de yogur griego (o entero, sin sabor)
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60 g de harina 0000 (de repostería)
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30 g de manteca derretida
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1 cucharada de esencia de vainilla
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Ralladura de 1 limón
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1 pizca de sal
Para decorar:
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Azúcar impalpable (cantidad necesaria)
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Frutas frescas (arándanos, frutillas, moras)
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Hojas de menta o flores comestibles (opcional)
Preparación
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Precalentá el horno a 160°C, sin ventilador. Prepará un molde redondo (22 cm) con papel manteca en la base y enmantecá los bordes.
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Separá las claras de las yemas. Reservá las claras en la heladera por unos minutos mientras preparás la base.
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En un bol grande, batí las yemas con 100 g de azúcar durante 5 minutos, hasta que estén bien espumosas y claritas.
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Sumá el yogur, la esencia de vainilla y la ralladura de limón. Mezclá con batidor de mano, sin batir de más.
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Tamizá la harina sobre la preparación y mezclá con espátula, con movimientos envolventes.
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Agregá la manteca derretida (tibia, no caliente) y continuá mezclando suave.
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En otro bol, batí las claras con la pizca de sal. Cuando estén espumosas, agregá los 50 g de azúcar restantes en forma de lluvia y seguí batiendo hasta lograr un merengue firme pero no seco.
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Incorporá 1/3 del merengue a la mezcla para aligerar, y luego el resto en dos tandas, con movimientos envolventes para no perder aire.
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Verté la mezcla en el molde. Golpeá suavemente sobre la mesada para eliminar burbujas grandes.
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Llevá al horno durante 50-60 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo salga con migas húmedas. No debe quedar seco del todo.
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Apagá el horno, dejá la puerta entreabierta y el pastel adentro 15 minutos. Luego retiralo y dejalo enfriar sobre una rejilla.
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Una vez frío, llevá a la heladera por al menos 3 horas (mejor si es toda la noche).
Consejos:
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El yogur debe ser espeso, tipo griego. Si usás yogur común, colalo un rato antes para que no esté tan líquido.
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Para una textura perfecta, no sobrebatir el merengue ni mezclarlo bruscamente.
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La manteca debe estar derretida, pero no caliente al momento de incorporarla.
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Decorá justo antes de servir con azúcar impalpable y frutas frescas. Si querés algo más elaborado, sumá crema batida o un coulis de frutos rojos.
Este pastel nube es ideal para quienes buscan una torta diferente, esponjosa y con un sabor delicado.
¡Probalo y vas a ver cómo se convierte en uno de tus favoritos!