Un pastel fresco, cremoso y con un toque cítrico que lo convierte en una verdadera tentación.
Su textura suave combinada con una base crocante lo hace irresistible para quienes disfrutan de los sabores equilibrados.
Te recomendamos: Si tienes 1 huevo, yogur y un poco de harina, puedes preparar este increíblemente delicioso postre en solo 15 minutos.
Lo mejor es que se prepara en pocos pasos y el resultado es digno de una pastelería.
Ingredientes
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200 g de galletitas tipo María
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80 g de manteca derretida
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400 g de queso crema
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1 lata de leche condensada
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3 huevos
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Jugo de 2 limones grandes
Preparación
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Triturar las galletitas tipo María hasta obtener un polvo fino. Mezclarlas con la manteca derretida y presionar en el fondo de una sartén antiadherente para formar la base. Dejar enfriar unos minutos en la heladera.
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En un bol, batir el queso crema hasta que quede liso y sin grumos.
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Agregar la leche condensada y mezclar bien hasta obtener una crema uniforme.
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Incorporar los huevos de a uno, batiendo suavemente para integrar.
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Añadir el jugo de limón poco a poco, mezclando hasta que la preparación tome cuerpo.
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Verter la mezcla sobre la base de galletitas ya lista en la sartén.
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Cocinar a fuego muy bajo con tapa durante 25 a 30 minutos, hasta que los bordes estén firmes y el centro apenas tembloroso.
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Dejar enfriar a temperatura ambiente y luego llevar a la heladera por al menos 3 horas antes de servir.
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Decorar con ralladura de limón, crema batida o frutas frescas.
Consejos:
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Usá siempre galletitas tipo María, ya que logran una base firme y pareja al mezclarse con la manteca.
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Cociná a fuego mínimo para que no se dore de más en la base ni quede crudo en el centro.
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También podés hornearlo a 160 °C durante 30 minutos en un molde desmontable.
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Sumá ralladura de limón a la crema para intensificar el aroma.
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Para una variante más tropical, reemplazá parte del jugo de limón por jugo de maracuyá o naranja.
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Si buscás un pastel más aireado, separá las claras, batilas a nieve y agregalas con movimientos envolventes.
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Decoralo con salsa de frutos rojos o rodajas finas de limón para un acabado más vistoso.
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Conservá el pastel en la heladera bien cubierto; se mantiene fresco hasta por 3 días.
Un postre simple, elegante y lleno de sabor que demuestra que con pocos ingredientes se puede lograr un resultado espectacular.