Este pastel es una opción ideal si buscás un postre casero, sano y rendidor.
No lleva harina, pero tiene una textura húmeda y esponjosa gracias a la avena y la banana madura.
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Ideal para acompañar el mate, una merienda o como desayuno nutritivo.
Ingredientes
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2 manzanas grandes
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100 ml de agua
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1 cucharadita de canela molida
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150 g de avena (copos finos o triturados)
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1 cucharadita de polvo para hornear
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1 pizca de sal
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1 banana madura
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1 puñado de pasas de uva
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1 puñado de nueces picadas
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½ taza de almendras peladas y remojadas (opcional)
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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Edulcorante a gusto (stevia, sucralosa o el que uses habitualmente)
Preparación
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Procesá la avena con una licuadora o procesadora hasta que quede tipo harina gruesa. Reservá en un bol.
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Sumá al bol la canela, el polvo para hornear y la sal. Mezclá bien los ingredientes secos.
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En otro recipiente, colocá las manzanas peladas y cortadas, la banana en rodajas y el agua. Procesá hasta obtener un puré cremoso.
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Agregá al puré la esencia de vainilla y, si querés, un poco de edulcorante. Mezclá bien.
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Volcá el puré sobre los ingredientes secos y mezclá con espátula hasta que se forme una masa espesa y pareja.
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Incorporá las pasas de uva, las nueces picadas y las almendras. Mezclá bien para repartir los ingredientes por toda la preparación.
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Enmantecá un molde redondo o rectangular y volcá la mezcla. Emparejá la superficie con una espátula.
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Llevá al horno precalentado a 180°C y cociná durante 35 a 40 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
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Dejá enfriar completamente antes de desmoldar. Podés espolvorear con un poco de canela extra o azúcar impalpable.
Consejos:
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Usá una banana bien madura para que endulce de forma natural, sin necesidad de azúcar.
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Las pasas pueden reemplazarse por dátiles picados, ciruelas pasas o incluso trocitos de manzana extra.
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Si no tenés almendras, podés hacer la receta solo con nueces o directamente sin frutos secos.
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Guardalo en la heladera y te dura hasta 4 días. También podés cortarlo en porciones y congelarlo.
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Va perfecto para la vianda del cole o para un desayuno con café con leche o mate cocido.
Una receta fácil, sabrosa y sin harinas, ideal para disfrutar sin culpas.
Animate a probarla y sorprendé a todos en casa con este pastel que tiene todo el sabor y nada de complicaciones.