Un pan integral suave, esponjoso y nutritivo que se prepara con pocos ingredientes y sin esfuerzo extra.
Ideal para quienes buscan una receta práctica, sin amasado y con un sabor delicioso que combina con dulce o salado.
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Perfecto para el desayuno, la merienda o para acompañar cualquier comida.
Ingredientes
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1 taza de leche tibia (250 ml)
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3 huevos
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1 cucharada de levadura seca
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4 cucharadas de azúcar
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80 g de manteca derretida
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4 tazas de harina de trigo integral
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1 cucharada de sal
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1 yema de huevo (para pincelar)
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2 cucharadas de aceite (para manipular la masa)
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Taza medidora utilizada: 250 ml
Preparación
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En un bol grande, colocar la leche tibia, los huevos, la levadura seca, el azúcar y la manteca derretida.
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Mezclar bien hasta que la levadura se disuelva por completo, lo que tomará entre 1 y 2 minutos.
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Incorporar 1 taza de harina integral y mezclar hasta integrar.
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Agregar la segunda taza de harina integral y volver a mezclar.
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Añadir la tercera taza de harina integral y mezclar hasta obtener una masa homogénea.
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Batir la mezcla con una cuchara de madera durante 3 minutos seguidos para activar el gluten.
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Cubrir el bol con un paño limpio y dejar reposar en un lugar cálido hasta que triplique su volumen (aproximadamente 45 a 60 minutos).
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Retirar el aire de la masa mezclando suavemente con una espátula o cuchara.
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Sumar la última taza de harina integral junto con la sal y mezclar bien hasta que la masa esté densa pero aún algo pegajosa.
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Untar las manos y cucharas con aceite para evitar que la masa se adhiera.
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Con la ayuda de dos cucharas, formar porciones y colocarlas en una bandeja para horno previamente engrasada.
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Cubrir y dejar reposar 25 minutos más en un lugar cálido.
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Precalentar el horno a 180°C (350°F).
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Pincelar la superficie de cada pan con la yema de huevo batida para lograr un dorado parejo.
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Hornear durante 20 a 25 minutos, o hasta que estén dorados y firmes al tacto.
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Retirar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla antes de servir.
Consejos:
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Si querés un sabor más intenso, podés reemplazar la mitad del azúcar por miel.
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Para una textura más húmeda, añadí 1 cucharada de aceite de oliva junto con la manteca.
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Podés incorporar semillas de girasol, sésamo o lino a la masa para aportar crocancia y más nutrientes.
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Si la cocina está fría, podés dejar reposar la masa dentro del horno apagado con la luz encendida para acelerar el levado.
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Se conserva fresco hasta 3 días en recipiente hermético, o se puede freezar por hasta un mes.
Disfrutá de este pan integral tierno y fácil, perfecto para cualquier momento del día.