Si estás buscando una receta fácil, económica y que no lleve ni huevos ni leche, este pan casero es ideal para vos. Sale esponjoso, con un sabor suave y una miga increíble.
Perfecto para acompañar el desayuno, la merienda o incluso para hacer sandwiches.
Te recomendamos: Cómo hacer Pastel nube de yogur con aroma a vainilla
No necesitás ingredientes complicados ni maquinaria especial: solo un poco de tiempo y ganas de amasar.
Ingredientes
-
1 kg de harina de trigo común (000)
-
10 g de levadura seca (o 30 g de levadura fresca)
-
4 cucharadas de azúcar (aprox. 80 g)
-
½ cucharada de sal (a gusto)
-
3 cucharadas de manteca o margarina (unos 80 g)
-
600 ml de agua tibia
-
50 g extra de harina (para el amasado)
Preparación
-
En un bol grande, mezclá la harina con la levadura seca.
-
Agregá el azúcar y la sal. Mezclá un poco con una cuchara de madera o espátula.
-
Incorporá de a poco el agua tibia (ni fría ni caliente) mientras seguís mezclando. Cuando ya no puedas mezclar con la espátula, seguí con las manos.
-
Añadí la manteca blanda y comenzá a amasar, agregando un poco más de harina si la masa está muy pegajosa. Amasá durante unos 10 a 15 minutos, hasta que la masa esté lisa y no se pegue a los dedos.
-
Tapá el bol con un repasador limpio y dejá reposar 15 a 20 minutos.
-
Pasado ese tiempo, dividí la masa en 3 partes iguales. Si tenés cilindro, pasá cada pedazo de masa entre 7 y 10 veces. Si no, podés estirar cada parte con palo de amasar y volver a amasar unos minutos más.
-
Estirá cada bollo en forma rectangular y enrollá como si fuera un pionono o rocambole.
-
Colocá los rollos en moldes de pan (aprox. 25 cm x 10 cm) previamente enmantecados o aceitados.
-
Cubrí los moldes con un repasador y dejá levar hasta que dupliquen su tamaño, alrededor de 1 hora.
-
Llevá a horno precalentado a 180 °C y horneá durante 45 a 50 minutos, o hasta que los panes estén dorados y suenen huecos al golpearlos suavemente.
-
Retirá del horno, desmoldá cuando estén tibios y serví con lo que más te guste.
Consejos:
-
Si querés una corteza más brillante, podés pincelar los panes con un poco de agua apenas salgan del horno.
-
Para una versión integral, reemplazá 300 g de la harina común por harina integral.
-
Este pan se conserva muy bien por varios días si lo guardás en una bolsa o recipiente hermético.
Una receta sin lácteos ni huevos que no tiene nada que envidiarle al pan tradicional. ¡Probala y vas a ver que es un éxito asegurado!