Nada se compara con el aroma de un bizcochuelo recién horneado, suave, húmedo y con ese toque cítrico que lo hace irresistible.
Esta receta es una de esas que se vuelven infalibles: simple, económica y perfecta para cualquier ocasión, desde el desayuno hasta la merienda.
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Su textura esponjosa y su sabor fresco lo convierten en un clásico que siempre sale bien.
Ingredientes
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3 huevos grandes
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1 vasito de yogur de vainilla (125 g)
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1 vasito de azúcar
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1 vasito de aceite de girasol (o de oliva suave)
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1 vasito de leche
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3 vasitos de harina común (0000)
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16 g de polvo para hornear
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8 g de azúcar vainillado o 1 cucharadita de esencia de vainilla
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1 pizca de sal
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Ralladura de 1 limón fresco
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2 cucharadas de jugo de limón
Preparación
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Precalentar el horno a 180 °C y enmantecar y enharinar un molde para bizcochuelo.
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En un bol grande, batir los huevos con el azúcar hasta que la mezcla esté espumosa y clara.
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Incorporar el yogur, la leche y el aceite. Batir hasta integrar por completo.
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Agregar la ralladura y el jugo de limón junto con la esencia o el azúcar vainillado. Mezclar bien.
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En otro recipiente, tamizar la harina, el polvo de hornear y la pizca de sal.
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Incorporar los ingredientes secos a la mezcla líquida, de a poco, mientras se revuelve con movimientos envolventes para mantener el aire en la masa.
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Verter la preparación en el molde y alisar la superficie.
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Hornear durante 35 a 40 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
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Dejar enfriar unos minutos antes de desmoldar y colocar sobre una rejilla para que se enfríe completamente.
Consejos:
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Más húmedo: Si querés un bizcochuelo más jugoso, pincelalo con un poco de almíbar tibio con jugo de limón apenas lo saques del horno.
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Toque especial: Agregá una cucharada de coco rallado o semillas de amapola a la masa para variar la textura.
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Versión sin yogur: Podés reemplazar el yogur por crema de leche o por ricota batida si querés un sabor más intenso.
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Conservación: Guardalo en un recipiente hermético o cubierto con film. Se mantiene fresco por 3 o 4 días y puede congelarse hasta por un mes.
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Presentación: Espolvoreá con azúcar impalpable o cubrí con un glaseado de limón para un toque más elegante.
Este bizcochuelo es una de esas recetas que nunca fallan: simple, esponjosa y deliciosa.
Perfecta para acompañar el mate, un café o para disfrutar sola, recién salida del horno.