Un bizcochuelo de limón esponjoso con un relleno cremoso de chocolate.
Una combinación clásica que nunca falla, ideal para la merienda o para agasajar a la familia con un postre casero lleno de sabor.
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Ingredientes
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3 huevos
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150 g de azúcar (3/4 taza)
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80 ml de aceite neutro (girasol o maíz) (1/3 taza)
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90 ml de leche (1/3 taza + 1 cucharada)
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200 g de harina común (1 + 1/3 tazas)
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15 g de polvo de hornear (1 cucharada)
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Ralladura de un limón
Para la crema
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250 ml de leche (1 taza)
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1 cucharada de maicena
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1 cucharada de cacao amargo
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60 g de chocolate negro
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1 cucharadita de manteca
Azúcar impalpable para decorar.
Preparación
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En un bol, batir los huevos con el azúcar hasta que la mezcla esté bien espumosa y clara.
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Agregar el aceite, la leche y la ralladura de limón, integrando bien los líquidos.
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Tamizar la harina junto con el polvo de hornear e incorporarlos en dos tandas, mezclando de manera envolvente hasta obtener una masa homogénea y sin grumos.
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Verter la preparación en un molde rectangular enmantecado y enharinado.
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Hornear en horno precalentado a 180 °C durante 35 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga seco.
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Mientras tanto, preparar la crema: calentar la leche con la maicena y el cacao, revolviendo constantemente hasta espesar. Retirar del fuego, añadir el chocolate picado y la manteca, mezclando hasta que quede una crema lisa y brillante. Dejar enfriar.
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Una vez frío el bizcochuelo, desmoldar y cortar en dos capas iguales.
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Rellenar con la crema de chocolate, tapar con la otra mitad y espolvorear con azúcar impalpable antes de servir.
Consejos:
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Usar huevos a temperatura ambiente ayuda a que el batido sea más voluminoso.
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Si querés un sabor más intenso, podés perfumar la crema con unas gotas de esencia de vainilla.
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La ralladura de limón debe ser fina, evitando la parte blanca que da amargor.
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Dejar reposar el pastel ya armado al menos 1 hora antes de cortarlo para que el relleno se asiente.
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Si preferís, podés reemplazar el chocolate negro por chocolate con leche para un sabor más suave.
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Guardar en la heladera cubierto con film para que conserve la humedad y la frescura.
Un pastel húmedo, tierno y con ese toque de chocolate que conquista a todos.
Ideal para compartir en la mesa con un café o un mate bien caliente.