Si buscás una receta fácil, económica y perfecta para acompañar el mate, estas galletitas de maicena son la opción ideal.
Su textura suave, que literalmente se deshace en la boca, las convierte en una delicia irresistible.
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Además, con muy pocos ingredientes y sin complicaciones, podés preparar una buena cantidad para compartir en familia o guardar en un frasco para cuando venga la tentación.
Ingredientes
- 500 g de fécula de maíz (maicena)
- 200 g de manteca o margarina (con un 80% de grasa), a temperatura ambiente
- 1 lata de leche condensada (395 g)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
Preparación
- En un bol amplio, mezclá la manteca a temperatura ambiente con la leche condensada. Usá un batidor o cuchara de madera hasta que se integren bien y formen una crema suave y homogénea.
- Incorporá la esencia de vainilla si decidís usarla, para darle un aroma delicado y más profundidad al sabor.
- Agregá la maicena de a poco, mezclando primero con cuchara y después con las manos. Amasá hasta lograr una masa lisa, suave, que no se pegue a los dedos ni al bol.
- Tomá pequeñas porciones de masa, formá bolitas y haceles un agujerito en el centro con el dedo para darles esa forma tan característica, como se ve en la imagen. También podés hacerlas redondas y aplastarlas con un tenedor si lo preferís.
- Colocalas en una placa de horno sin enmantecar ni enharinar. No se pegan gracias al alto contenido de almidón de la maicena.
- Llevá a horno precalentado a 180 °C por unos 12 a 15 minutos. Es importante que no se doren: deben salir blancas, apenas firmes por fuera y tiernas al tacto.
- Dejalas enfriar completamente antes de moverlas. Al salir del horno están muy frágiles, pero cuando se enfrían toman cuerpo y quedan perfectas.
Consejos
- Podés agregar un poco de ralladura de limón o naranja para darles un toque cítrico.
- Si querés decorarlas, espolvoreá con azúcar impalpable una vez frías.
- Guardalas en un frasco hermético para que se mantengan frescas por varios días.
- También podés usarlas como base para alfajorcitos, rellenándolas con dulce de leche.
Estas galletitas de maicena son un clásico que nunca falla.
Ligeras, sabrosas y súper fáciles de hacer, son ideales para cualquier momento del día.
Probá esta receta y vas a ver cómo desaparecen en cuestión de minutos. ¡Una delicia total!