Estas galletitas son una opción súper económica, rendidora y fácil de preparar.
Con apenas tres ingredientes básicos y un poco de esencia de vainilla, salen crocantes por fuera, suaves por dentro y con un sabor irresistible.
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Lo mejor: ¡una sola receta rinde aproximadamente 100 unidades! Son perfectas para vender o para tener siempre a mano en casa.
Ingredientes
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1 kilo de harina 0000 (bien tamizada)
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500 g de manteca vegetal (tipo grasa vegetal o margarina sólida)
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375 g de leche condensada (una lata)
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Esencia de vainilla a gusto
Preparación
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En un bowl grande, colocá la harina tamizada junto con la manteca vegetal. Amasá con las manos limpias hasta que se integren bien. Al principio va a parecer que cuesta unirlos, pero con un poco de paciencia vas a obtener un arenado húmedo.
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Agregá la leche condensada y unas gotas de esencia de vainilla. Mezclá todo con movimientos envolventes, sin amasar de más, solo hasta que la masa se vuelva lisa y firme. No es necesario usar batidora.
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Una vez lista la masa, comenzá a formar las galletitas: tomá porciones chicas con una cuchara medidora o una cucharita de postre y hacé bolitas del mismo tamaño. Colocalas sobre una placa para horno sin necesidad de enmantecar ni usar papel.
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Dejales un espacio de 1,5 cm entre cada una para que no se peguen al cocinarse. Podés dejarlas lisas o hacerles una pequeña hendidura en el centro para rellenarlas con mermelada horneable.
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También podés decorarlas con granas de colores antes de llevar al horno, o espolvorearlas con azúcar y canela una vez que estén frías.
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Precalentá el horno a 180 °C durante 10 minutos. Horneá las galletitas entre 18 y 20 minutos, o hasta que veas que la base está apenas doradita. No deben tomar color por arriba.
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Dejalas enfriar completamente sobre la placa o en una rejilla antes de manipularlas, ya que al salir del horno están muy blandas.
Tips y consejos:
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Si las querés más crocantes, podés dejarlas un par de minutos más en el horno, pero vigilalas bien para que no se sequen.
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Podés usar esencia de naranja, almendras o coco para variar el sabor.
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Si vas a venderlas, una buena opción es envasarlas de a 5 o 6 unidades en bolsitas de celofán con moño y etiqueta casera.
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También se pueden freezar crudas (ya armadas) y hornear directamente sin descongelar.
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Una vez frías, se conservan perfectamente por 10 días en frascos herméticos o latas.
Estas galletitas caseras son ideales para ferias, emprendimientos o simplemente para disfrutar con el mate.
Económicas, ricas y con un toque bien nuestro.