La focaccia rellena es una de las variantes más sabrosas de este clásico pan italiano.
Con una masa suave y esponjosa, combinada con un relleno de jamón, queso y zucchinis, es perfecta para cualquier ocasión.
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Se puede disfrutar caliente o fría, lo que la hace ideal para llevar a picnics o como un almuerzo rápido.
A continuación, te enseñamos cómo prepararla con una receta tradicional fácil y deliciosa.
Ingredientes
Para la masa
- 400 g de harina 000
- 100 g de fécula de papa
- 300 ml de agua
- 60 ml de aceite de oliva virgen extra
- 9 g de levadura seca
- 10 g de azúcar
- 12 g de sal fina
Para el relleno
- 100 g de jamón crudo
- 125 g de queso
- 2 zucchinis
Preparación
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En un bol grande, mezclá la harina con la fécula de papa, la levadura seca y el azúcar. Integra bien todos los ingredientes secos.
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Agregá la sal y comenzá a verter el agua y el aceite de oliva. Mezclá con una cuchara de madera al principio y luego con las manos hasta obtener una masa homogénea y suave.
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Amasá durante unos 10 minutos hasta que la masa esté lisa y elástica. Formá un bollo y dejalo reposar en un bol cubierto con film transparente hasta que duplique su tamaño, aproximadamente 40 minutos.
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Una vez que la masa haya levado, dividila en dos partes iguales. Estirá una mitad sobre una bandeja de horno de 30 cm previamente aceitada.
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Para el relleno, cociná los zucchinis en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y sal durante unos 10 minutos, hasta que estén tiernos.
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Distribuí sobre la masa una capa de jamón crudo, las rodajas de queso y los zucchinis salteados.
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Colocá la otra mitad de la masa por encima y sellá bien los bordes para evitar que el relleno se salga durante la cocción. Dejá reposar por otros 30 minutos.
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Precalentá el horno a 200°C y horneá la focaccia durante 35-40 minutos, o hasta que esté bien dorada y crujiente.
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Retirá la focaccia del horno y dejala enfriar unos minutos antes de servir. Se puede disfrutar caliente recién hecha o fría al día siguiente. ¡Es deliciosa en cualquier momento!
Consejos para una focaccia perfecta
- Fermentación lenta: Si querés una masa con más sabor y mejor textura, podés dejarla reposar en la heladera durante 12 horas antes de hornearla.
- Variantes de relleno: Podés agregar otros ingredientes como aceitunas negras, tomates secos o albahaca para darle un toque extra de sabor.
- Corteza más crocante: Para lograr una corteza dorada y crujiente, pincelá la superficie con un poco de aceite de oliva antes de hornear.
- Conservación: Si te sobra focaccia, guardala en un recipiente hermético a temperatura ambiente y calentala en el horno antes de comerla para recuperar su textura.
Disfrutar de una focaccia casera es un verdadero placer.
Con esta receta fácil y detallada, vas a poder hacer una versión rellena que encantará a toda la familia.
Ya sea como aperitivo, almuerzo o cena, esta focaccia es siempre una excelente opción.
¡Animate a probarla y sorprendé a todos con su increíble sabor!