Si buscás un postre rápido, fresco y delicioso, este de frutillas es ideal.
En solo 10 minutos y sin usar el horno podés preparar una receta cremosa, con sabor natural y una textura irresistible.
Te recomendamos: Tiramisú de Frutillas ¡Una versión fresca y liviana del clásico italiano!
Perfecto para los días calurosos o cuando querés algo dulce sin complicarte.
Ingredientes
-
2 tazas de frutillas frescas (lavadas y sin cabitos)
-
1 lata de leche condensada
-
200 ml de crema de leche
-
1 sobre de gelatina sin sabor (7 g)
-
4 cucharadas de agua
-
Frutillas extra para decorar
Preparación
-
Preparar la gelatina: En un recipiente pequeño, colocá la gelatina sin sabor junto con el agua. Dejala reposar unos minutos hasta que se hidrate. Luego calentala unos segundos en el microondas o a baño maría hasta que se disuelva completamente.
-
Hacer la mezcla base: En la licuadora, colocá las frutillas, la leche condensada y la crema de leche. Licuá hasta obtener una mezcla suave, sin trozos de fruta.
-
Agregar la gelatina: Incorporá la gelatina disuelta a la licuadora y licuá nuevamente por unos segundos para integrar bien todos los ingredientes.
-
Servir: Verté la preparación en copas o recipientes individuales. Llevá a la heladera durante al menos 1 hora o hasta que tome consistencia firme y cremosa.
-
Decorar: Antes de servir, agregá frutillas frescas cortadas o una cucharada de crema batida para darle un toque especial.
Consejos:
-
Si querés un sabor más intenso, agregá una cucharadita de esencia de frutilla o un toque de jugo de limón para realzar el gusto.
-
También podés reemplazar las frutillas por duraznos, mango o frambuesas siguiendo el mismo procedimiento.
-
Para una versión más liviana, usá leche condensada descremada y crema light o yogur natural.
-
Si querés hacerlo más decorativo, armá capas alternadas con trocitos de frutilla y la crema licuada.
-
Este postre se conserva perfectamente en la heladera por hasta 3 días, tapado con film.
-
Para una presentación más elegante, servilo en copas transparentes y decorá con menta fresca.
Rápido, fresco y delicioso, este postre de frutilla se prepara en minutos y siempre resulta un éxito.
Su textura cremosa y su sabor frutal lo convierten en una opción perfecta para disfrutar sin esfuerzo y sorprender a todos.