El huevo es uno de los alimentos más versátiles, nutritivos y económicos que existen.
Ya sea para el desayuno, el almuerzo o la cena, se puede preparar de múltiples formas, cada una con su sabor, textura y nivel de cocción.

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A continuación, te mostramos las principales maneras de cocinar huevos, desde las más suaves hasta las más firmes, para que elijas tu favorita según el momento o el gusto.
Huevos hervidos
1. Huevo pochado
Se cocina sin cáscara en agua caliente con un poco de vinagre, a fuego muy suave, hasta que la clara se solidifica y el centro queda cremoso. Ideal para acompañar tostadas o ensaladas.
2. Huevo pasado por agua (a la coque)
Se hierve con cáscara durante unos 6 minutos y medio. El resultado es una clara firme y una yema líquida, perfecta para mojar con pan o bastones de verduras.
3. Huevo mollet
Cocido unos 8 minutos, conserva la yema cremosa pero no líquida. Es una opción intermedia entre el huevo a la coque y el huevo duro.
4. Huevo duro
Se hierve durante 10 minutos. La yema queda completamente firme. Es ideal para ensaladas, sándwiches o para rellenar.
Huevos fritos y a la plancha
5. Huevo a medio cocer (mi-cuit)
Se fríe brevemente hasta que la clara esté cocida pero la yema quede semilíquida. Es el clásico huevo para “mojar” con pan o papas.
6. Huevo frito clásico
Se cocina en aceite bien caliente hasta que los bordes quedan crujientes y dorados, con una yema fluida en el centro. Es perfecto para acompañar carnes o arroz.
7. Huevo frito al vapor
Se cocina tapado con un poco de agua en la sartén, permitiendo que el vapor cueza la parte superior. El resultado es una clara suave y una yema sedosa.
8. Huevo a la plancha (yema hacia arriba)
Se cocina sin aceite o con muy poco, a fuego bajo, hasta que la base esté dorada y la parte superior tierna. Queda más ligero y con un sabor delicado.
Huevos revueltos y omelettes
9. Huevos revueltos al estilo francés
Se baten y cocinan a fuego muy bajo, removiendo constantemente con una espátula. La textura es cremosa, húmeda y suave.
10. Huevos revueltos a la americana
Se cocinan a fuego medio con un poco de manteca, sin remover demasiado. Quedan más firmes, aireados y con una textura más seca.
11. Omelette francés
Delicado y suave, se prepara batiendo los huevos, vertiéndolos en una sartén antiadherente y enrollando la mezcla al final. Queda tierno por dentro y ligeramente dorado por fuera.
12. Omelette a la americana
Es más grueso y esponjoso, ideal para rellenar con jamón, queso, verduras o champiñones. Se cocina a fuego medio hasta que esté bien dorado y completamente cuajado.
Consejos para lograr el punto perfecto
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Usá huevos frescos: su sabor y textura son mucho mejores.
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Cociná a fuego medio o bajo: los huevos se endurecen o se secan si se exponen a mucho calor.
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Agregá un toque de leche o crema para obtener revueltos más suaves.
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Salá siempre al final: si añadís la sal antes, puede endurecer la textura.
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Usá utensilios antiadherentes: ayudan a mantener la forma y facilitan la cocción sin exceso de grasa.
Un alimento versátil y completo
Ricos en proteínas, vitaminas y minerales, los huevos son una fuente natural de energía.
Además, se adaptan a todo tipo de preparaciones, desde platos simples hasta recetas gourmet.
Ya sea hervido, frito, revuelto o en omelette, un huevo bien cocinado siempre es sinónimo de sabor, nutrición y placer en la mesa.