Esta versión de la clásica crema pastelera tiene un toque bien argentino gracias al dulce de leche.
Es perfecta para rellenar tortas, tartas, facturas o disfrutar a cucharadas.
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Una receta fácil, económica y con un sabor que conquista a todos.
Ingredientes
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500 ml de leche entera
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65 g de fécula de maíz (maicena)
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140 g de azúcar
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3 yemas de huevo
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30 g de manteca
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240 g de dulce de leche
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1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
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Colocá la leche en una cacerola junto con la esencia de vainilla y llevá a fuego medio hasta que esté caliente pero sin que llegue a hervir.
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En un bol aparte, batí las yemas con el azúcar hasta que la mezcla quede bien cremosa y de color claro.
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Agregá la fécula de maíz a la mezcla de yemas y azúcar. Mezclá bien hasta que no queden grumos.
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Verté de a poco la leche caliente sobre la mezcla de yemas, batiendo constantemente para evitar que las yemas se cocinen.
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Una vez integrado todo, llevá la preparación nuevamente a la cacerola y cociná a fuego bajo. Revolvé constantemente con una cuchara de madera o batidor de mano para evitar que se pegue.
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Cuando la crema espese y empiece a hervir suavemente, retirala del fuego.
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Incorporá el dulce de leche mientras la crema aún está caliente y mezclá hasta que quede completamente integrado y uniforme.
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Agregá la manteca y revolvé hasta que se derrita y se mezcle por completo. Esto le dará un brillo y una textura más suave.
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Transferí la crema a un bol limpio. Cubrí la superficie con film en contacto directo para evitar que se forme una costra.
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Dejá enfriar a temperatura ambiente y luego llevá a la heladera por al menos 2 horas antes de usarla.
Consejos:
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Si querés una textura más fina y sin grumos, pasá la crema por un colador antes de dejarla enfriar. Esto es especialmente recomendable si la vas a usar para rellenar facturas o postres delicados.
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Podés usar dulce de leche clásico o repostero, según la consistencia que busques. El repostero hace que la crema quede más firme y consistente para tortas de varias capas.
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Si querés una versión menos dulce, reducí la cantidad de azúcar a la mitad y dejá que el dulce de leche sea el único endulzante.
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Esta crema también queda espectacular si la combinás con crema chantilly o con merengue italiano para lograr rellenos más aireados y con contraste de sabores.
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Conservá siempre en la heladera, dentro de un recipiente hermético. No la dejes más de 72 horas porque puede perder textura y sabor.
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Si querés darle un toque distinto, podés sumar unas gotas de licor, como coñac o ron, justo después de apagar el fuego. Eso le dará un aroma más intenso.
Esta crema pastelera de dulce de leche es una de esas recetas que siempre quedan bien y que elevan cualquier postre casero.
Animate a prepararla y sorprendé a todos con un relleno súper cremoso, bien casero y con ese sabor a dulce de leche que tanto nos gusta.