El glaseado de limón es ese detalle que convierte cualquier torta o budín en una obra maestra.
Con su balance entre dulzura y un toque cítrico, este glaseado no solo mejora el sabor, sino que también le da una presentación impecable a tus postres caseros.
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Y lo mejor de todo: ¡es facilísimo de hacer!
Ingredientes
- 1 taza de azúcar impalpable
- 2 a 3 cucharadas de jugo de limón recién exprimido
- 1 cucharadita de ralladura de limón
- 1 a 2 cucharadas de leche (opcional, para ajustar la consistencia)
Preparación
- Pasá el azúcar impalpable por un tamiz directamente sobre un bol para eliminar cualquier grumo y garantizar un glaseado suave.
- Sumá el jugo de limón de a poco mientras batís con un tenedor o una cuchara hasta obtener una mezcla homogénea.
- Agregá la ralladura de limón para intensificar el sabor y darle un toque fresco.
- Si el glaseado está demasiado espeso, incorporá leche de a cucharaditas hasta alcanzar la textura ideal: debe ser lo suficientemente denso para adherirse, pero lo bastante fluido para deslizarse suavemente sobre tu postre.
- Vertí el glaseado sobre tu torta o budín completamente frío y extendelo con una cuchara o espátula, dejando que caiga por los bordes de manera natural.
- Dejá reposar el postre a temperatura ambiente hasta que el glaseado endurezca ligeramente y quede con un brillo delicado.
Consejos:
Ajustá el sabor:
- Si preferís un glaseado más suave, podés reemplazar parte del jugo de limón por agua o leche, según tu gusto.
Lográ una textura perfecta:
- Tamizar el azúcar es clave para evitar grumos y lograr un acabado prolijo y profesional.
Dale un giro creativo:
- Añadí unas gotitas de esencia de vainilla o probá reemplazar la ralladura de limón por cáscara de naranja para un toque diferente.
Este glaseado es la combinación justa de frescura y dulzura para elevar tus tortas y budines al próximo nivel.
¡Anímate a probarlo y disfrutá de un acabado espectacular en tus postres favoritos!