Una opción deliciosa, rápida y perfecta para los días de calor es esta torta Oreo sin horno.
Con pocos ingredientes y sin necesidad de prender el horno, vas a lograr un postre cremoso, fresco y con ese toque crocante que tanto gusta.
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Ideal para servir como postre o en una mesa dulce, esta torta se prepara en minutos y queda espectacular.
Ingredientes
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2 paquetes de galletitas Oreo
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100 g de manteca derretida
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400 g de queso crema
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200 ml de crema de leche
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100 g de azúcar impalpable
Preparación
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Separá unas 6 galletitas Oreo para la decoración final. El resto trituralas bien con un procesador o dentro de una bolsa, aplastándolas con un palo de amasar.
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Derretí la manteca y mezclala con las galletitas trituradas hasta formar una pasta húmeda.
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Volcá la mezcla en un molde desmontable (20–22 cm) y presioná firmemente con una cuchara para formar la base. Llevá a la heladera mientras preparás el relleno.
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En un bol grande, batí el queso crema con el azúcar impalpable hasta que quede cremoso y sin grumos.
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En otro recipiente, batí la crema de leche bien fría hasta punto casi chantilly.
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Incorporá la crema batida al queso crema con movimientos envolventes para mantener la textura aireada.
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Agregá algunas galletitas Oreo picadas de forma irregular a la mezcla, para que tenga pedacitos en el interior.
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Verté esta preparación sobre la base de galletitas ya fría, alisando la superficie con una espátula.
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Llevá a la heladera por al menos 6 horas, aunque lo ideal es dejarla toda la noche para que tome bien la forma.
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Antes de servir, decorá con las Oreos que habías reservado enteras o cortadas por la mitad.
Consejos:
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Para que el postre se mantenga bien firme, usá queso crema tipo untar y crema con buen contenido de grasa (mínimo 35%).
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Si querés una versión aún más golosa, podés agregar una capa de dulce de leche entre la base y el relleno.
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Para una decoración más prolija, podés usar manga pastelera con un poco de crema batida y coronar con trozos de galletita.
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Se conserva perfectamente en heladera hasta 3 días y también podés congelarla, aunque la textura al descongelar puede cambiar un poco.
Una torta fría, fácil, sin horno y con todo el sabor de las galletitas más famosas. ¡Ideal para cualquier ocasión!