Esta tarta es un clásico de la pastelería casera, con una base caramelizada que la convierte en una verdadera tentación.
Ideal para acompañar un mate, café o té, y sorprender a todos con su presentación invertida y su sabor reconfortante.
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Ingredientes
Para el caramelo:
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150 g de azúcar
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2 cucharadas de agua
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Unas gotas de jugo de limón (opcional)
Para la base de manzana:
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3 a 4 manzanas grandes (rojas o verdes)
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1 cucharada de manteca (opcional)
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Canela molida a gusto
Para la masa tipo bizcochuelo:
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3 huevos
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150 g de azúcar
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150 g de harina leudante (o harina común + 1 cucharadita de polvo de hornear)
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100 ml de aceite (puede ser de girasol o mezcla)
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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Ralladura de 1 limón (opcional)
Preparación
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En una cacerolita, colocá el azúcar con el agua y unas gotas de jugo de limón. Cociná a fuego medio sin revolver hasta que se forme un caramelo rubio.
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Verté el caramelo en el fondo de un molde N°24, distribuyendo bien para cubrir toda la base. Dejá enfriar hasta que solidifique un poco.
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Pelá las manzanas, sacales el corazón y cortalas en gajos finos. Acomodalas sobre el caramelo, cubriendo todo el fondo del molde. Si querés, podés espolvorear con canela y pincelar con manteca derretida.
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En un bol, batí los huevos con el azúcar hasta que estén espumosos y la mezcla haya aclarado.
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Agregá el aceite, la esencia de vainilla y la ralladura de limón. Mezclá bien.
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Incorporá la harina tamizada (si usás común, recordá agregar el polvo de hornear). Hacelo con movimientos envolventes para que no se baje el batido.
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Volcá la mezcla con cuidado sobre las manzanas del molde, tratando de no moverlas.
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Llevá al horno precalentado a 180 °C durante 35 a 40 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo salga seco.
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Retirá del horno y dejá enfriar 10 minutos. Pasá un cuchillo por el borde del molde y desmoldá invirtiendo sobre un plato. Tené cuidado con el caramelo caliente que puede escurrir.
Consejos
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Si las manzanas son muy dulces, podés reducir un poco la cantidad de azúcar del bizcochuelo.
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Se puede usar una mezcla de manzana verde y roja para lograr contraste de sabor y color.
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Si te gusta más húmedo, podés pincelar la superficie con un poco de almíbar una vez desmoldado.
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Acompañá con crema chantilly o una bocha de helado de vainilla para un postre de restaurante.
Esta tarta es una opción fácil, económica y muy rendidora.
Con ingredientes simples y sin necesidad de batidora, obtenés un resultado delicioso, húmedo y con una presentación que llama la atención. ¡Probala y no falla!