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La regla de los 3 platos: cómo hacer que tu comida sea equilibrada sin contar calorías

Seguir una alimentación balanceada no tiene por qué implicar pesar alimentos ni obsesionarse con aplicaciones que calculan cada bocado.

Existe una forma simple, visual y muy efectiva de lograr comidas más nutritivas y completas: la regla de los 3 platos.

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Esta estrategia permite organizar lo que comés de una manera más natural, ayudándote a mantener un buen equilibrio sin complicaciones.

¿En qué consiste la regla de los 3 platos?

La regla es muy sencilla: cada comida principal debe componerse de tres platos o preparaciones distintas, cada una con una función específica en tu nutrición.

No se trata de grandes porciones ni de recetas complicadas.

Es, más bien, una manera práctica de asegurarte de que tu cuerpo reciba lo que necesita para funcionar bien, sin caer en excesos.

1. Plato base: Energía sostenida

El primer plato debe estar compuesto por una fuente de carbohidratos complejos.

Acá entran alimentos como arroz integral, fideos de trigo candeal, quinoa, papas, batatas o legumbres.

Este grupo te aporta energía de liberación lenta, ideal para evitar los picos de hambre y mantener la saciedad por más tiempo.

2. Plato de apoyo: Nutrientes y color

El segundo plato está dedicado a las verduras y frutas.

Cuanto más colorido, mejor. Las verduras crudas o cocidas te aportan fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.

Este es el componente más abundante y visual de tu comida.

Podés incluir ensaladas mixtas, salteados de vegetales o incluso una porción de fruta si lo preferís.

3. Plato funcional: Proteínas y saciedad

El tercer plato incluye alimentos ricos en proteínas: carnes magras, huevo, pescado, tofu, queso, lentejas o yogur natural.

Este grupo es clave para el mantenimiento muscular y la sensación de saciedad.

Elegí versiones sin exceso de grasa y cocinadas de forma simple (al horno, a la plancha, hervidas o salteadas sin frituras).

Tips y consejos:

  • No hace falta usar tres platos físicos: podés combinar los tres componentes en un mismo plato, siempre que respetes la proporción.

  • Intentá que la porción de vegetales sea la más generosa, seguida por los hidratos y luego las proteínas.

  • Evitá repetir siempre los mismos ingredientes. Variar es clave para no aburrirte.

  • Esta regla también aplica para almuerzos en el trabajo o viandas: armá tu tupper con las tres partes bien separadas.

  • No es necesario contar calorías si mantenés este balance: tu cuerpo recibirá lo que necesita sin carencias ni excesos.

Comer bien no tiene por qué ser complicado.

Adoptar la regla de los 3 platos te ayuda a construir hábitos saludables sin estrés ni restricciones extremas.

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