El ajo es uno de los ingredientes más utilizados en la cocina, pero muchas veces se echa a perder antes de poder usarlo todo.
Una gran solución es conservarlo de manera casera para que dure mucho más tiempo, manteniendo todo su sabor y propiedades.
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Con esta técnica vas a tener ajos listos para usar durante un año entero, sin que pierdan frescura ni aroma.
Ingredientes
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500 g de dientes de ajo frescos (pelados)
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500 ml de aceite de oliva extra virgen
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1 cdita. de sal gruesa
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2 hojas de laurel
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1 cdita. de orégano seco
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1 cdita. de tomillo seco
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1 cdita. de romero seco
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1 pizca de pimienta negra en grano
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Frascos de vidrio con tapa hermética (esterilizados previamente)
Preparación
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Preparar los ajos: Pelá bien todos los dientes de ajo, asegurándote de quitar cualquier resto de piel. Si alguno tiene partes dañadas, descartalo.
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Esterilizar frascos: Colocá los frascos y las tapas en agua hirviendo durante 10 minutos. Escurrí y dejalos secar sobre un paño limpio.
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Acomodar los ajos: Llená los frascos con los dientes de ajo, dejando un espacio libre de unos 2 cm en la parte superior.
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Añadir especias: Sumá dentro de cada frasco el laurel, los granos de pimienta y las hierbas secas (orégano, tomillo y romero).
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Agregar el aceite: Cubrí completamente los ajos con el aceite de oliva, asegurándote de que no quede ninguna parte expuesta al aire. Esto es clave para evitar que se estropeen.
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Sellar: Tapá bien los frascos de manera hermética.
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Reposo inicial: Guardá los frascos en un lugar fresco, seco y oscuro durante al menos 2 semanas antes de usarlos, para que los ajos absorban el sabor de las especias.
Tips y consejos
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El frasco siempre debe estar bien cerrado y el ajo completamente cubierto de aceite, ya que el contacto con el aire puede hacer que se eche a perder.
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Guardalo en la heladera o en una alacena oscura y fresca. Una vez abierto, mantenelo siempre en frío.
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Podés usar tanto el ajo como el aceite aromatizado: este último es ideal para condimentar ensaladas, carnes o salteados.
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Si querés variar el sabor, también podés añadir ají seco, granos de mostaza o un toque de pimentón.
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Recordá siempre usar utensilios limpios y secos al manipular los frascos, para no alterar la conservación.
Con este método vas a tener ajos listos para cocinar durante un año entero, sin que pierdan su sabor característico y además con un aceite lleno de aroma y gusto para potenciar todas tus recetas.