Este pastel de zanahoria es ideal para quienes buscan una opción dulce, suave y fácil de preparar.
Con ingredientes simples y un paso a paso claro, es perfecto para acompañar el mate, un café o simplemente como merienda para toda la familia.
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Ingredientes
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2 zanahorias medianas, peladas y en trozos
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1/2 taza de aceite
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1 taza de azúcar
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3 huevos
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1 1/2 tazas de harina de trigo
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1 cucharadita de polvo de hornear
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1 pizca de sal
Preparación
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Pelá las zanahorias y cortalas en trozos medianos.
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En una licuadora, colocá las zanahorias, el aceite, el azúcar y los huevos. Procesá todo hasta lograr una mezcla bien lisa y pareja.
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En un bowl, mezclá la harina con el polvo de hornear y la pizca de sal.
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Volcá la mezcla líquida sobre los ingredientes secos y mezclá con espátula hasta que quede una preparación sin grumos.
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Enmantecá o forrá con papel manteca un molde tipo budinera o redondo y verté la mezcla.
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Llevá a horno precalentado a 180 °C durante 35 a 45 minutos. Hacé la prueba del palillo: si sale seco, está listo.
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Dejá enfriar bien antes de desmoldar y servir.
Consejos:
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Para que el pastel quede aún más húmedo, podés agregar una cucharada de yogur natural a la mezcla.
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Si te gusta con un sabor más especiado, sumale una cucharadita de canela o jengibre en polvo.
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Podés reemplazar el azúcar blanca por azúcar rubia o mascabo, lo que le da un toque más rústico.
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También podés reducir la cantidad de azúcar si querés una versión más liviana.
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Si preferís una textura más aireada, usá batidora en lugar de licuadora y batí los huevos con el azúcar antes de mezclar.
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Para una versión sin gluten, reemplazá la harina común por premezcla apta, ajustando apenas la cocción.
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Este pastel va muy bien con una cobertura de queso crema y azúcar impalpable, o simplemente con una lluvia de coco rallado.
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Si lo querés más esponjoso, separá las claras y batilas a nieve antes de incorporarlas.
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Se conserva hasta tres días a temperatura ambiente, o podés guardarlo en la heladera hasta una semana.
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También se puede frizar en porciones envueltas en film y luego en una bolsa para freezer.
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Para una versión decorativa, usá moldes individuales tipo muffin: quedan prácticos y vistosos.
Un pastel sencillo, rendidor y lleno de sabor, ideal para toda ocasión.
Preparalo una vez y seguro se convierte en un clásico en tu cocina.