El pan lactal casero es una de esas recetas que vale la pena tener a mano si querés evitar los conservantes de los panes industriales, ahorrar un poco y disfrutar de una miga suave y húmeda que no tiene nada que envidiarle al que comprás en el súper.
Ideal para tostadas, sándwiches o para acompañar el mate, este pan esponjoso y tierno se prepara con ingredientes básicos que seguro ya tenés en casa.
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Ingredientes
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550 g de harina 000 o 0000
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1 cucharada de sal fina
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2 cucharadas de azúcar
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3 cucharadas de leche en polvo (opcional, pero le da más sabor)
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15 g de levadura fresca
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325 cc de leche tibia
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20 g de manteca blanda
Preparación
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En un bol grande colocá la harina formando un hueco en el centro. Sobre los bordes, agregá la sal para que no entre en contacto directo con la levadura.
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En el centro, colocá la levadura desmenuzada, el azúcar, la leche tibia y, si usás, la leche en polvo. Mezclá bien esos ingredientes del centro hasta que la levadura se disuelva por completo.
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Esperá unos minutos a que se active la levadura (debería empezar a burbujear un poco), y empezá a incorporar la harina de los bordes hacia el centro, hasta formar una masa apenas unida.
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Agregá la manteca pomada (bien blanda) y comenzá a amasar dentro del bol. Cuando tome forma, pasala a la mesada y amasá durante 10 minutos hasta que quede lisa y suave.
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Colocá la masa en un bol limpio, cubrila con un repasador o una bolsa y dejala reposar en un lugar tibio hasta que duplique su tamaño (entre 1 y 2 horas, según la temperatura ambiente).
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Una vez levada, estirá la masa en forma rectangular sobre la mesada y enrollala presionando suavemente, como si estuvieras haciendo un pionono.
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Colocá el rollo de masa en una budinera enmantecada. Dejá reposar 30 minutos más hasta que leve de nuevo.
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Pincelá la superficie con huevo batido y horneá a 180 °C durante 30 a 40 minutos, hasta que esté dorado y cocido por dentro.
Consejos
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Podés reemplazar parte de la leche por agua si querés un pan más liviano.
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Si no tenés levadura fresca, usá 7 g de levadura seca activa.
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Guardalo envuelto en film o dentro de una bolsa de pan para que no se seque.
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Se puede freezar ya cortado en rodajas para tener siempre a mano.
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Queda espectacular tostado con un poco de manteca o dulce casero.
Este pan esponjoso, fácil de cortar y de sabor suave va a convertirse en un infaltable de tus desayunos y meriendas.
¿Lo mejor? Es casero, económico y sin aditivos.