Si sos amante del queso y querés una receta rápida, fácil y deliciosa, este pan de queso sin horno es ideal para vos.
Es una opción perfecta para una merienda, desayuno o incluso como acompañamiento de una comida.
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Con una textura suave y un centro extra cremoso, este pan se cocina directamente en la sartén, logrando una costra dorada irresistible sin necesidad de encender el horno.
¡Animate a probarlo y sorprende a todos con su increíble sabor!
Ingredientes
- 200 g de fécula de maíz (maicena)
- 1 huevo
- 1 cucharada de manteca derretida
- 100 ml de leche
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 100 g de queso rallado (puede ser mozzarella, pategrás o el que más te guste)
- 100 g de queso cremoso en cubos
- 1 pizca de sal
- Manteca o aceite para cocinar
Preparación
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En un bol grande, batir el huevo con la manteca derretida, la leche y la pizca de sal. Mezclar bien hasta integrar todos los ingredientes.
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Incorporar la fécula de maíz y el polvo de hornear de a poco, mezclando hasta obtener una masa homogénea y suave.
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Agregar el queso rallado a la masa y amasar hasta que se distribuya de manera uniforme.
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Dividir la masa en porciones y formar bollos. Aplastar ligeramente cada bollo y colocar en el centro un cubo de queso cremoso. Cerrar bien la masa alrededor del queso y dar forma de disco.
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Calentar una sartén a fuego bajo y engrasarla con un poco de manteca o aceite. Colocar los panes de queso y tapar la sartén para que se cocinen de manera uniforme.
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Cocinar durante aproximadamente 5-7 minutos de un lado, hasta que estén dorados. Dar la vuelta con cuidado y cocinar por el otro lado hasta que estén completamente cocidos y el queso del interior se derrita.
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Retirar del fuego y servir calientes para disfrutar de su interior cremoso y delicioso.
Consejos
- Si querés un pan más esponjoso, podés agregar una cucharada extra de leche para que la masa sea más húmeda.
- Para un toque más sabroso, podés agregar orégano o pimienta a la masa.
- No subas demasiado el fuego, ya que los panes podrían dorarse por fuera y quedar crudos por dentro. Cocinalos a fuego bajo y tapados.
- Podés rellenarlos con otros quesos, como provolone, cheddar o un mix de quesos para un sabor más intenso.
- Si te sobra masa, guardala en la heladera bien envuelta y usala en el día.
Es perfecto para acompañar con una salsa, untar con manteca o simplemente comer solo.
¡Probalo y disfrutá de su irresistible sabor!