Estas galletitas caseras son ideales para acompañar el mate, el té o para regalar en una ocasión especial.
Su textura suave y su sabor dulce combinan a la perfección con la mermelada y el toque final de chocolate.

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Con esta receta simple vas a lograr unas galletas tiernas, deliciosas y con una presentación única.
Ingredientes
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75 g de manteca (1/3 de taza), a temperatura ambiente
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200 g de leche condensada (aproximadamente ½ lata)
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1 yema de huevo
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160 g de harina común (1¼ tazas)
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½ cucharadita de polvo para hornear
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Mermelada de frutilla, mora o frambuesa (para rellenar)
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Chocolate derretido (para decorar)
Preparación
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Colocá la manteca en un bol y batí hasta que quede cremosa. Agregá la leche condensada y mezclá bien hasta que se integren por completo.
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Incorporá la yema de huevo y continuá mezclando hasta obtener una preparación lisa y uniforme.
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Tamizá la harina junto con el polvo para hornear y añadilos a la mezcla anterior. Uní con las manos o con una espátula hasta formar una masa suave y maleable.
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Tomá pequeñas porciones y formá bolitas del tamaño de una nuez. Colocalas en una placa con papel manteca y aplastalas suavemente para darles forma redonda.
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Con la ayuda de una pajita o una cucharita hacé dos huequitos para los ojos y uno más pequeño para la nariz. Agregá un poquito de mermelada en cada hueco.
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Llevá las galletitas a un horno precalentado a 170 °C y cociná durante unos 10 a 12 minutos, hasta que los bordes estén apenas dorados.
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Dejalas enfriar completamente antes de decorar.
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Con chocolate derretido, dibujá las sonrisas y detalles con un palillo, una manga o una bolsita con la punta recortada. Dejá secar el chocolate a temperatura ambiente.
Tips y consejos:
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Si la masa queda muy blanda, llevála a la heladera por 15 minutos antes de formar las galletas.
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Podés saborizarlas agregando una cucharadita de esencia de vainilla o ralladura de limón.
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Para que la mermelada no se desborde, colocalá una pequeña cantidad justo en el centro del huequito.
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Si querés una versión más crocante, hornealas dos minutos más y dejalas enfriar en una rejilla.
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Guardalas en un frasco hermético o en bolsitas de celofán para conservarlas frescas por varios días.
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También podés reemplazar la mermelada por dulce de leche repostero o crema de avellanas para una versión más dulce.
Estas galletitas son perfectas para darle un toque alegre y delicioso a tu mesa.
Con un poco de creatividad y paciencia, vas a lograr un resultado digno de panadería, pero hecho en casa y con todo el sabor casero.