Las frutillas bañadas en chocolate son un clásico elegante y delicioso que nunca pasa de moda.
Perfectas para regalar, decorar una mesa dulce o disfrutar como postre, combinan el frescor de la fruta con la intensidad del chocolate.
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Prepararlas en casa es muy sencillo, solo hace falta un poco de paciencia y algunos trucos para que queden brillantes, parejas y con una cobertura perfecta.
Ingredientes
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500 g de frutillas frescas (bien firmes y sin golpes)
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200 g de chocolate semiamargo o con leche
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100 g de chocolate blanco (opcional para decorar)
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1 cucharadita de aceite neutro (girasol o maíz)
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Palillos o brochettes pequeñas
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Papel manteca o bandeja con base antiadherente
Preparación
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Preparar las frutillas
Lavalas con cuidado y secá cada una con papel absorbente. Es fundamental que queden completamente secas, ya que el agua impide que el chocolate se adhiera correctamente. No les saques el cabito, ya que te servirá para manipularlas más fácilmente. -
Derretir el chocolate
Troceá el chocolate y derretí a baño María o en microondas (en intervalos de 30 segundos). Una vez derretido, agregá la cucharadita de aceite y mezclá bien hasta obtener una textura fluida y brillante. -
Bañar las frutillas
Pinchá cada frutilla por el tallo o con un palillo. Sumergila hasta cubrirla casi por completo, dejando visible una pequeña parte superior. Escurrí el exceso de chocolate girando suavemente y colócala sobre una bandeja con papel manteca. -
Decorar y enfriar
Si querés darles un toque más vistoso, derretí el chocolate blanco y hacé hilos finos sobre las frutillas ya bañadas. También podés usar granas, coco rallado o almendras trituradas. Llevá la bandeja a la heladera por 20 minutos, hasta que el chocolate esté firme. -
Empacar para regalar
Una vez frías, colocá las frutillas en pirotines o envolvelas en bolsitas transparentes, decoradas con cintas o moños. Conservá siempre en la heladera hasta el momento de regalar o consumir.
Consejos:
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Usá frutillas maduras pero firmes para evitar que suelten jugo y arruinen el chocolate.
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Si querés una cobertura más crocante, podés hacer una doble capa: sumergilas una vez, dejá enfriar y volvé a bañarlas.
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Evitá tocar el chocolate mientras seca, ya que puede opacarse.
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Para un toque gourmet, usá chocolate con un 70% de cacao o combiná blanco y negro para un efecto marmolado.
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Guardalas en un recipiente hermético y consumilas en un máximo de 48 horas.
Estas frutillas bañadas en chocolate no solo son un regalo delicioso, sino también una muestra de cariño y dedicación.
¡Un detalle perfecto para sorprender a quien más querés!