Si buscás un postre clásico, rendidor y fácil de preparar, este flan cremoso con solo tres ingredientes es ideal.
No lleva complicaciones, es económico, y lo mejor: se puede hacer sin horno.
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Es una receta que se adapta a cualquier ocasión y que gusta tanto a grandes como chicos.
Ingredientes
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4 huevos grandes
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1 lata de leche condensada (395 g)
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2 tazas de leche entera
Preparación
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En un bol amplio, rompé los huevos y batilos suavemente con un batidor de mano hasta que estén bien integrados.
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Agregá la leche condensada y la leche entera. Continuá mezclando hasta que la preparación quede pareja, sin espuma.
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Si querés una textura más fina, pasá la mezcla por un colador antes de colocarla en el molde.
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(Opcional) Si te gusta con caramelo, derretí ½ taza de azúcar a fuego bajo hasta que tome color ámbar. Volcá ese caramelo caliente en la base del molde y dejá que se enfríe unos minutos.
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Verté la mezcla sobre el caramelo (o directo al molde si lo hacés sin caramelo).
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Llevá al horno precalentado a 160 °C, a baño María, durante 50 a 60 minutos. Para esto, colocá el molde del flan dentro de una fuente con agua caliente.
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Una vez cocido (probalo con un palillo, debe salir limpio), dejalo enfriar a temperatura ambiente y luego refrigeralo por mínimo 4 horas.
Sugerencias para servir
Servilo bien frío, con un poco de dulce de leche o crema chantilly.
También podés acompañarlo con frutas frescas como frutillas o rodajas de banana para un toque más fresco y natural.
Consejos de cocina
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Si no tenés horno, podés cocinarlo al vapor en una olla grande durante 50 minutos, con la tapa puesta.
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Para que no queden burbujas en la superficie, evitá batir en exceso o con batidora eléctrica.
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El caramelo es opcional, pero le da un toque tradicional. Si lo hacés, usá azúcar blanca común y no lo remuevas mientras se derrite.
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Podés saborizar con una cucharadita de esencia de vainilla o cáscara de limón para un aroma más intenso.
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Este flan se conserva en la heladera hasta por 3 días. Si querés hacerlo con anticipación, podés prepararlo la noche anterior.
Una receta infalible, con pocos ingredientes y un resultado espectacular.
Perfecta para cualquier ocasión y con ese sabor casero que nunca falla.