Estos caramelos caseros combinan el poder del té verde, el jengibre y el limón en un solo bocado.
Son fáciles de hacer, naturales y muy prácticos para tener a mano.
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Ideales para calmar la garganta o disfrutar como snack saludable.
Ingredientes
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30 g de gelatina sin sabor en polvo
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120 ml de agua fría
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240 ml de té verde concentrado caliente
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60 ml de jugo de limón fresco
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1 a 2 cucharadas de jengibre fresco rallado
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80 g de miel o jarabe de agave
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Ralladura de 1 limón
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1/4 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
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1 pizca de sal fina
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Azúcar de coco o eritritol (opcional)
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Ralladura de limón seca (opcional)
Preparación
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Prepará un té verde concentrado infusionando 3 a 4 saquitos en 240 ml de agua a 80°C durante 5 a 7 minutos. Colá y reservá caliente.
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Hidratá la gelatina espolvoreándola sobre los 120 ml de agua fría. Dejá reposar 5 minutos hasta que se esponje.
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En una ollita, combiná el té caliente con el jugo de limón y la miel. Revolvé hasta que todo esté bien integrado y retirá del fuego.
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Agregá la gelatina hidratada y mezclá con un batidor de mano hasta disolver completamente.
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Incorporá el jengibre rallado, la ralladura de limón, la vainilla si usás, y una pizca de sal. Mezclá bien. Podés colar la mezcla si preferís una textura más suave.
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Verté en moldes de silicona o en una fuente forrada con papel manteca. Golpeá suavemente para eliminar burbujas.
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Llevá a la heladera por 2 a 3 horas hasta que estén bien firmes. Luego desmoldá o cortá en cubos.
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Rebozá los cubos con azúcar de coco o eritritol y ralladura de limón seca si querés un acabado más atractivo.
Consejos:
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Conservá los caramelos en frascos herméticos dentro de la heladera por hasta una semana.
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Si no tenés moldes de silicona, usá una fuente chica y luego cortá en porciones.
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Para un sabor más intenso, no cueles la mezcla y aumentá un poco el jengibre.