Los brownies son un clásico irresistible para los amantes del chocolate.
Su textura húmeda por dentro y ligeramente crocante por fuera los convierte en uno de los postres más tentadores que existen.
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Prepararlos en casa es mucho más fácil de lo que parece, y con esta receta vas a lograr brownies perfectos: intensos, suaves y con esa capa brillante tan característica.
Ingredientes
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200 g de chocolate semiamargo o de cobertura
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150 g de manteca
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200 g de azúcar
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2 huevos
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100 g de harina común (0000)
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2 cucharadas de cacao en polvo
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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Una pizca de sal
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(Opcional) Nueces o chips de chocolate para agregar textura
Preparación
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Precalentá el horno a 180 °C y enmantecá un molde cuadrado de unos 20 x 20 cm. Si querés desmoldarlos fácilmente, podés forrar el molde con papel manteca.
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En una ollita a fuego bajo, derretí la manteca junto con el chocolate trozado. Mezclá hasta obtener una crema homogénea y dejá que se enfríe un poco antes de continuar.
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En un bol aparte, batí los huevos con el azúcar hasta lograr una mezcla cremosa y de color más claro. No hace falta batir demasiado, solo hasta integrar bien.
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Incorporá el chocolate derretido a la mezcla de huevos y azúcar, y agregá la esencia de vainilla. Mezclá con movimientos envolventes hasta que todo quede bien unido.
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Tamizá la harina con el cacao y la pizca de sal, e incorporalos a la preparación. Mezclá suavemente con una espátula, sin batir, para que los brownies mantengan su textura densa y húmeda.
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Si te gustan con un toque extra, podés añadir nueces picadas o chips de chocolate. Verté la mezcla en el molde y alisá la superficie con una espátula.
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Llevá al horno durante unos 20 a 25 minutos. El secreto está en no pasarse de cocción: los bordes deben verse firmes pero el centro tiene que mantenerse ligeramente húmedo. Al pinchar con un palillo, este debe salir con algunas migas adheridas, no completamente seco.
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Dejá enfriar a temperatura ambiente antes de desmoldar. Una vez fríos, cortalos en cuadrados parejos con un cuchillo limpio y seco.
Consejos:
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Para un sabor más intenso, usá chocolate de buena calidad y cacao sin azúcar.
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Si querés brownies más húmedos (tipo “fudge”), cocinalos un poco menos.
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Podés conservarlos en un recipiente hermético durante varios días o freezarlos por hasta un mes.
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Acompañalos con una bocha de helado o una capa de dulce de leche para un postre espectacular.
Estos brownies caseros son irresistibles: con su capa crujiente, su interior suave y el sabor profundo del chocolate, se convierten en una receta infalible para cualquier ocasión.