Estos bollitos son una opción ideal para disfrutar en la merienda o como acompañamiento de un desayuno casero.
Tienen una masa suave y esponjosa, un formato trenzado muy vistoso y un centro de mermelada que les aporta sabor y humedad.

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Con ingredientes simples y un procedimiento fácil, podés prepararlos en casa y lograr un resultado tierno y aromático.
Ingredientes
Para la masa
• 500 g de harina de trigo
• 70 g de azúcar
• 1 cucharadita de sal
• 10 g de levadura seca
• 1 huevo
• 250 ml de leche tibia
• 50 g de manteca derretida
• 1 cucharadita de esencia de vainilla
Para el relleno y terminación
• 150 g de mermelada (durazno, frutilla o ciruela)
• 50 g de azúcar para espolvorear
• 1 huevo batido para pincelar
Preparación
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En un bowl grande, mezclá la harina, el azúcar, la sal y la levadura seca para integrar bien los ingredientes secos.
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Hacé un hueco en el centro y añadí el huevo, la leche tibia, la manteca derretida y la esencia de vainilla.
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Mezclá con cuchara o espátula hasta formar una masa húmeda.
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Pasá la masa a la mesada y amasá entre 8 y 10 minutos hasta que quede suave y elástica. Si hiciera falta, sumá apenas un poco de harina extra.
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Colocá la masa en un bowl ligeramente untado con aceite, tapá con un paño y dejá levar durante 1 hora o hasta que duplique su tamaño.
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Una vez levada, volvé a llevar la masa a la mesada y dividila en porciones iguales.
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Estirá cada porción formando una tira larga y fina, luego enroscá la masa para dar forma de espiral o nudo, dejando un hueco central.
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Acomodá cada bollito en una placa con papel manteca, dejando espacio entre ellos para que crezcan en el horno.
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Colocá una cucharada de mermelada en el centro de cada bollito, presionando suavemente para fijarla.
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Pincelá la superficie con huevo batido para lograr un color parejo y dorado.
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Espolvoreá con azúcar para aportar textura y un brillo final.
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Llevá al horno precalentado a 180°C y cociná entre 20 y 25 minutos, hasta que estén bien dorados.
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Retiralos del horno y dejalos entibiar sobre una rejilla antes de servir.
Tips y consejos:
• Si preferís un sabor más especiado, podés agregar media cucharadita de canela a la masa.
• Es importante no excederse con la harina extra para mantener los bollitos bien tiernos.
• Usar mermelada espesa ayuda a mantener el centro prolijo durante el horneado.
• Si querés que el dorado sea más parejo, pincelá dos veces con huevo, la segunda justo antes de meterlos al horno.
• También podés rellenar con dulce de leche repostero, aunque la textura cambia y queda menos firme.
• Para conservarlos, guardalos en un recipiente hermético y recalentá unos segundos antes de consumirlos.
• Si te gusta un acabado aún más suave, podés pincelar con un poquito de manteca derretida cuando salen del horno.
• Si la masa se pega a la mesada, usá apenas una fina capa de harina; demasiada puede endurecerlos.
• En caso de que quieras un sabor más dulce, aumentá el azúcar de la masa a 90 g.
Estos bollitos son perfectos para disfrutar recién hechos, con una masa liviana, un aroma suave y un centro dulce que los vuelve irresistibles.