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Cómo hacer Bizcochuelo en licuadora

Este bizcochuelo se ganó el premio al más fácil de la historia, ideal para esos días en que querés algo rico y casero sin pasar horas en la cocina.

El secreto está en usar la licuadora, que hace todo el trabajo pesado por vos.

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Con pocos pasos y un par de ingredientes, vas a tener un bizcochuelo esponjoso y delicioso para el mate de la tarde.

Ingredientes

  • 5 huevos
  • 65 g de manteca a temperatura ambiente
  • 450 ml de leche a temperatura ambiente
  • 306 g de azúcar blanca
  • 150 ml de aceite neutro (girasol o maíz)
  • 1 cucharada de esencia de vainilla
  • 350 g de harina de trigo común (0000)
  • 70 g de fécula de maíz
  • 15 g de polvo de hornear

Preparación

  1. En la licuadora, colocá los huevos, la manteca (a punto pomada), la leche, el azúcar, el aceite y la esencia de vainilla.
  2. Licuá durante 3 minutos, hasta que se forme una mezcla homogénea y espumosa. Reservá esta preparación en un recipiente aparte.
  3. En un bol, mezclá la harina, la fécula de maíz y el polvo de hornear con una cuchara o un batidor de alambre.
  4. Verté la mezcla líquida de la licuadora sobre los ingredientes secos.
  5. Con una espátula, mezclá de forma envolvente hasta integrar todos los ingredientes. Es importante no batir de más, solo hasta que no queden grumos.
  6. Distribuí la masa en 4 moldes rectangulares de 14 x 8.5 x 6 cm, que deben estar previamente engrasados y enharinados.
  7. Horneá en horno precalentado a 180 °C durante 25 minutos. El bizcochuelo estará listo cuando al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
  8. Dejá que se enfríen un poco antes de desmoldar para que no se rompan.
  9. Cuando estén tibios, pasá una espátula por los bordes para desmoldar fácilmente.

Consejos:

  • Temperatura de los ingredientes: Para que la receta salga perfecta, es clave que todos los ingredientes, especialmente los líquidos y la manteca, estén a temperatura ambiente. Si los usás fríos, la manteca puede solidificarse y no se va a integrar bien a la mezcla, lo que arruinaría la textura final del bizcochuelo. Este simple paso hace toda la diferencia.
  • Mezcla de la masa: Recordá no batir la masa de más una vez que unís los ingredientes secos con los líquidos. Solo mezclá lo justo y necesario para que no haya grumos. Si te pasás, desarrollás el gluten de la harina y el bizcochuelo puede quedar con una consistencia apelmazada en vez de esponjosa. Un batido suave y envolvente es el método más seguro.
  • El horno: Evitá abrir el horno durante los primeros 20 minutos de cocción. Un cambio brusco de temperatura puede hacer que el bizcochuelo se baje y pierda todo el aire que logró con el licuado inicial. Lo mejor es tener paciencia y espiar a través del vidrio.
  • Variantes de sabor: Si querés darle un toque extra, podés rallarle un poco de limón o naranja a la mezcla antes de licuar. El sabor cítrico queda muy bien con la vainilla y le da un aroma espectacular. También podés agregarle una pizca de canela si te gusta. Esta masa es muy versátil y acepta distintos sabores.
  • Adaptación de moldes: Esta masa es muy adaptable. Si no tenés 4 moldes chicos, podés usar una budinera más grande o incluso una fuente redonda. Simplemente tené en cuenta que el tiempo de cocción puede variar un poco, así que la prueba del palillo es fundamental.
  • Agregados a la masa: Si querés agregarle chips de chocolate o pasas de uva, pasalas primero por un poco de harina. Esto evita que se hundan hasta el fondo de la masa y se distribuyan de manera uniforme. Por último, te recomiendo conservar el bizcochuelo en un recipiente hermético para que mantenga su humedad y no se seque.

Así de esponjoso, dorado y casero queda este bizcocho hecho en licuadora.

Es la prueba de que lo rico y lo simple pueden ir de la mano. ¡Ahora a disfrutarlo!

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