Estos bizcochitos son una receta simple, rápida y perfecta para acompañar el mate o el café.
Se hacen con solo tres ingredientes, pero el resultado es increíble: una masa tierna por dentro, crocante por fuera y con ese sabor casero que recuerda a las meriendas de siempre.

Te recomendamos: Cómo hacer Galletas de Avena, Manzana y Zanahorias
La proporción 9-6-9 (harina, aceite y agua) los hace fáciles de recordar y aún más fáciles de preparar.
Ingredientes
-
9 cucharadas de harina leudante
-
6 cucharadas de aceite (puede ser de girasol o mezcla)
-
9 cucharadas de agua fría o a temperatura ambiente
Preparación
-
En un bowl grande, colocá las 9 cucharadas de harina leudante.
-
Agregá las 6 cucharadas de aceite y mezclá con una cuchara o con las manos hasta que la harina lo absorba.
-
Incorporá poco a poco las 9 cucharadas de agua, mezclando hasta lograr una masa suave y homogénea. Si la notás muy seca, añadí una cucharadita más de agua.
-
Amasá suavemente durante un par de minutos, solo hasta que la masa esté lisa. No es necesario sobarla mucho.
-
Estirá la masa con un palo hasta alcanzar un grosor de aproximadamente 1 cm.
-
Con un cortante o un vasito chico, formá los bizcochitos y colocalos en una bandeja ligeramente aceitada o con papel manteca.
-
Llevá al horno precalentado a 180 °C durante 15 a 20 minutos, hasta que estén dorados por fuera y bien cocidos por dentro.
-
Retirá y dejá enfriar sobre una rejilla antes de servir.
Tips y consejos:
-
Si querés un sabor más intenso, podés agregar una pizca de sal o espolvorear azúcar por encima antes de hornear.
-
Para una versión salada, mezclá una cucharadita de queso rallado o semillas de sésamo en la masa.
-
Si te gustan más crocantes, estiralos un poco más finos antes de hornear.
-
Si preferís que queden más suaves, aumentá una cucharada de agua y reducí un minuto el tiempo de cocción.
-
Pincelarlos con un poco de aceite o leche antes del horno les da un color dorado parejo.
-
Podés guardar los bizcochitos en un frasco hermético o lata para mantener su textura hasta una semana.
-
Si querés una versión dulce, agregá una cucharada de azúcar y una pizca de vainilla a la mezcla.
-
Estos bizcochitos también se pueden cocinar en sartén a fuego muy bajo si no querés encender el horno.
-
Usar aceite de oliva les da un sabor más rústico, ideal para acompañar quesos o picadas.
-
Si hacés una tanda grande, podés congelarlos y calentarlos unos minutos al horno cuando los necesites.
Estos bizcochitos 969 son una muestra de que lo simple puede ser delicioso.
Con ingredientes básicos y pocos minutos de trabajo, lográs una receta infalible que se vuelve un clásico en cualquier casa.