Los tomates rellenos son un clásico fresco, rendidor y muy fácil de preparar, pero lograr que mantengan su forma firme no siempre es sencillo.
Muchas veces el problema empieza antes de cocinarlos: si los tomates no se guardan correctamente, su pulpa se ablanda, pierden textura y se vuelven difíciles de rellenar.

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La forma de conservación marca una gran diferencia en el resultado final.
Cómo guardar los tomates para que duren más y no se ablanden
La mejor forma de conservar tomates cuando los vas a usar para rellenar es mantenerlos a temperatura ambiente, sin taparlos, y colocarlos con el tallo hacia abajo sobre un plato, bandeja o rejilla.
Esta posición evita que el aire entre por la zona del tallo, que es la parte más sensible y por donde suelen deshidratarse primero.
Al reducir la entrada de aire, el tomate se mantiene más firme, conserva su jugo natural y retrasa el ablandamiento.
Este método funciona tanto para usarlos al día siguiente como para conservarlos entre 2 y 4 días sin que pierdan estructura.
Guardarlos en la heladera, en bolsas o tapados acelera la pérdida de sabor y los vuelve gomosos.
Tips para elegir los mejores tomates para rellenar
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Elegí tomates firmes y parejos, sin zonas blandas.
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Preferí los de tamaño mediano, porque mantienen mejor la forma cuando se los ahueca.
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La piel debe estar lisa, brillante y sin manchas.
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Evitá los que estén muy maduros: se desarman más rápido al retirarles la pulpa.
Receta de tomates rellenos clásicos (para 3 personas)
Ingredientes
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6 tomates grandes y firmes
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2 latas de atún al natural (aprox. 300 g)
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4 cucharadas de mayonesa
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2 huevos duros picados
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2 cucharadas de perejil fresco picado
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Sal y pimienta a gusto
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Hojas de lechuga para acompañar
Preparación
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Lavá bien los tomates y cortá la parte superior, que va a servir como tapa.
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Con una cucharita retirale la pulpa con cuidado para que queden huecos, pero sin romper las paredes. Podés guardar esa pulpa para usar en salsas o sopas.
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En un bowl mezclá el atún desmenuzado, la mayonesa, los huevos picados y el perejil. Condimentá con sal y pimienta.
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Rellená cada tomate presionando suavemente para que la mezcla quede compacta y no se desarme.
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Colocá la tapa encima y servilos sobre hojas de lechuga frescas para dar un acabado prolijo y más colorido.
Nota: Podes rellenarlo con lo que mas te guste, solo hace falta un poco de creatividad.
Con una buena conservación y los tomates adecuados, esta receta sale siempre firme, fresca y deliciosa, lista para disfrutar en almuerzos livianos, picadas o cenas rápidas.