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Cómo hacer Buñuelitos de la Abuela

Si querés un clásico de la merienda o un acompañamiento dulce para el mate, esta receta de buñuelitos de la abuela es ideal.

Con pocos ingredientes y en muy poco tiempo, podés disfrutar de una tanda de buñuelos dorados, esponjosos y con ese toque casero que tanto nos gusta.

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Ingredientes

  • 2 tazas de harina común

  • 1 taza de leche

  • 1 huevo

  • 3 cucharadas de azúcar

  • 1 cucharadita de polvo de hornear (opcional, para que queden más aireados)

  • Aceite para freír (cantidad suficiente)

  • Azúcar común o azúcar con canela para espolvorear

Preparación

  1. En un bol grande, colocá la harina, el azúcar y el polvo de hornear. Mezclá bien los ingredientes secos.

  2. En otro recipiente, batí el huevo junto con la leche hasta que queden bien integrados.

  3. Incorporá los líquidos a la mezcla de harina, revolviendo con cuchara o batidor de mano hasta obtener una masa espesa pero que se pueda tomar con cuchara. Si ves que queda muy líquida, agregá un poco más de harina.

  4. Poné a calentar abundante aceite en una sartén profunda o cacerola a fuego medio-alto. Para saber si está listo, tirá un poco de la mezcla y fijate que suba rápido y se dore.

  5. Con una cuchara sopera, tomá porciones de masa y dejalas caer con cuidado en el aceite caliente. No pongas muchas a la vez para que no baje la temperatura.

  6. Freí los buñuelitos hasta que estén bien inflados y dorados por todos lados, dándolos vuelta a mitad de cocción.

  7. Retiralos con espumadera y dejalos escurrir sobre papel absorbente.

  8. Espolvoreá por encima con azúcar o con una mezcla de azúcar y canela, según tu gusto.

Consejos:

  • Si querés buñuelos más suaves por dentro, podés agregar una cucharada de esencia de vainilla a la masa.

  • También podés mezclar la leche con un chorrito de ralladura de limón o de naranja para darles un toque cítrico.

  • Si preferís una versión más liviana, podés reemplazar la mitad de la leche por agua.

  • Para un resultado más esponjoso, asegurate de que el aceite esté bien caliente al momento de freír.

  • Estos buñuelos son ideales para comer recién hechos, cuando todavía están tibios.

Una receta simple y bien casera, de esas que siempre vuelven a la mesa en las tardes frescas o en días de antojo dulce.

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