Este budín de chocolate es una de esas recetas que sorprenden por su textura y profundidad de sabor.
Tiene una miga bien cerrada, oscura y extremadamente húmeda, ideal para los amantes del chocolate intenso.

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No es seco ni esponjoso en exceso, sino denso y suave, perfecto para cortar en rodajas sin que se desarme.
Ingredientes
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360 ml de café fuerte recién preparado
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160 g de chocolate semiamargo picado
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80 g de cacao amargo en polvo
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240 g de harina leudante
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300 g de azúcar
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1 cucharadita de bicarbonato de sodio
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1 cucharadita de sal
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4 huevos
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150 ml de aceite vegetal
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2 cucharaditas de extracto de vainilla
Preparación
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Prepará el café caliente y, aún caliente, agregá el chocolate semiamargo picado junto con el cacao amargo. Mezclá hasta que se disuelvan por completo y reservá hasta que la mezcla esté apenas tibia.
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Precalentá el horno a 180 °C y enmantecá un molde tipo budín.
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En un bowl grande, colocá la harina leudante tamizada, el azúcar, el bicarbonato de sodio y la sal. Mezclá bien y reservá.
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En otro bowl, batí ligeramente los huevos con el aceite vegetal hasta integrar.
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Agregá el extracto de vainilla y luego incorporá la mezcla de café con chocolate y cacao ya templada. Mezclá hasta que quede uniforme.
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Sumá los ingredientes secos en dos o tres tandas, mezclando suavemente hasta integrar, sin sobrebatir.
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Volcá la preparación en el molde preparado y emparejá la superficie.
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Llevá al horno y cociná entre 35 y 45 minutos, hasta que al pinchar el centro con un palillo salga sin restos de mezcla cruda.
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Retirá del horno y dejá reposar unos minutos antes de desmoldar.
Tips y consejos:
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El café no aporta sabor a café marcado, sino que potencia y profundiza el sabor del chocolate.
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Usar cacao amargo de buena calidad es clave para lograr un color oscuro y un gusto intenso.
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No reemplazar el aceite por manteca: el aceite es fundamental para lograr la humedad característica del budín.
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Es importante que la mezcla de café y chocolate esté tibia y no caliente al incorporarla, para evitar que los huevos se cocinen.
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No sobrebatir una vez agregada la harina, ya que puede volver la miga más pesada.
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Este budín mejora notablemente al día siguiente, cuando los sabores se asientan.
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Se conserva muy bien hasta 4 días envuelto en film o dentro de un recipiente hermético.
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También puede freezarse en rodajas sin perder textura ni humedad.
El resultado es un budín profundo, húmedo y con sabor a chocolate bien marcado, ideal para acompañar con café, mate o una bocha de helado.