Este budín es una opción ideal para quienes buscan algo rico, liviano y sencillo de preparar.
La mezcla de zanahoria rallada y avena aporta humedad natural, un sabor suave y una textura tierna que lo vuelve perfecto para el mate, el desayuno o una merienda nutritiva.

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Es una receta práctica, económica y que no requiere batidora ni técnicas complejas, por lo que cualquiera puede hacerla en pocos minutos.
Ingredientes
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1 zanahoria rallada bien finita
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1 huevo
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1 taza de avena (instantánea o tradicional)
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1 cucharada de miel
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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1 cucharadita de polvo para hornear
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1 pizca de canela (opcional)
Preparación
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Rallá la zanahoria lo más finita posible para que se integre mejor en la mezcla.
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Sumá el huevo y mezclá bien hasta unificar ambos ingredientes.
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Incorporá la avena y revolvé para que absorba parte del líquido.
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Agregá la miel, la esencia de vainilla y la canela, si la usás.
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Añadí el polvo para hornear y mezclá hasta obtener una preparación homogénea.
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Volcá la mezcla en un molde pequeño o en moldes individuales ligeramente engrasados.
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Llevá al horno precalentado a 180 °C y cociná durante 20 a 25 minutos.
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Retirá, dejá entibiar y desmoldá.
Tips y consejos:
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Para que el budín quede realmente suave, es clave rallar la zanahoria con un rallador fino. Esto evita que queden hebras grandes que puedan secar la mezcla.
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Si usás avena tradicional, podés dejar reposar la preparación unos 10 minutos antes de llevarla al horno. Ese descanso permite que la avena se hidrate mejor y que el budín quede más parejo.
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Si querés una textura aún más húmeda, podés sumar una cucharada de yogur natural o una cucharadita de aceite suave. Estos ingredientes aportan humedad sin modificar demasiado el sabor.
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La miel no solo endulza, también ayuda a dorar la superficie del budín. Si preferís un sabor más intenso, podés reemplazarla por miel oscura o agregar unas gotas de esencia de almendras.
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Para quienes disfrutan de un toque crocante, las nueces picadas o las almendras trozadas son una excelente adición. También podés sumar pasas de uva previamente hidratadas para evitar que se sequen durante el horneado.
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Si querés transformar esta receta en una opción más completa para el desayuno, podés acompañarla con queso crema, mermelada casera o rodajas de banana.
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El budín se conserva muy bien en la heladera dentro de un recipiente hermético y se mantiene tierno hasta por dos días. Si lo preferís tibio, podés calentarlo unos segundos en el microondas antes de consumirlo.
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Para una versión sin azúcar añadida, podés reemplazar la miel por puré de banana madura. Además de aportar dulzor natural, ayuda a dar cuerpo y humedad a la mezcla.
Este budín es simple, nutritivo y perfecto para preparar en cualquier momento, ideal para quienes buscan algo casero y liviano sin complicaciones.