Este bizcochuelo esponjoso y aromático combina el sabor fresco de la naranja con la textura suave que lo hace ideal para la merienda o un desayuno especial.
Las nueces le aportan un toque crocante que contrasta perfectamente con la miga tierna.
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Ingredientes
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3 huevos
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150 g de azúcar
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1 pizca de sal
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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130 ml de aceite vegetal
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150 ml de jugo de naranja natural
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Ralladura de 1 naranja
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300 g de harina de trigo común
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15 g de polvo de hornear
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100 g de nueces picadas
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Molde de 24 cm engrasado y enharinado
Preparación
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Precalentar el horno a 180 °C para que esté listo al momento de hornear.
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En un bol grande, batir los huevos junto con el azúcar y la pizca de sal hasta que la mezcla esté espumosa y haya aumentado su volumen.
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Añadir la esencia de vainilla, el aceite, el jugo de naranja y la ralladura. Mezclar con batidor hasta que todo esté bien integrado.
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Tamizar la harina junto con el polvo de hornear y agregarla poco a poco a la mezcla líquida, integrando suavemente con movimientos envolventes para no perder aire en la preparación.
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Incorporar 70 g de nueces picadas y mezclar de forma pareja para distribuirlas en la masa.
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Volcar la preparación en el molde engrasado y enharinado, y espolvorear por encima los 30 g restantes de nueces para darle un acabado crocante.
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Llevar al horno y cocinar entre 35 y 40 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo en el centro, este salga limpio.
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Dejar enfriar unos minutos en el molde antes de desmoldar, para evitar que se rompa.
Consejos:
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Para un aroma más intenso, podés sumar unas gotas extra de esencia de naranja o duplicar la cantidad de ralladura.
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Si preferís una textura más húmeda, reemplazá la mitad del aceite por yogur natural.
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El jugo debe ser recién exprimido para lograr un sabor fresco y natural.
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Es importante no batir en exceso después de agregar la harina, así el bizcochuelo queda bien aireado.
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Podés sustituir las nueces por almendras, avellanas o chips de chocolate si buscás una versión diferente.
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Para conservarlo, guardalo en un recipiente hermético a temperatura ambiente hasta 3 días, o en la heladera hasta una semana.
Ideal para acompañar un mate, café o té, este bizcochuelo se convertirá en una receta infaltable en tu cocina.