Si estás buscando una receta dulce, rendidora y bien casera para acompañar el mate, este bizcochuelo con chips de chocolate es ideal.
Esponjoso, con ese toque crocante y goloso que aportan las chispas, y lo mejor: fácil de hacer.
Te recomendamos: Cómo hacer Relleno de Crema de 4 Leches
Perfecto para compartir en una ronda o disfrutar en una tarde tranquila.
Ingredientes
-
4 huevos
-
200 g de azúcar
-
200 ml de leche
-
200 ml de aceite (puede ser de girasol o maíz)
-
1 cucharadita de esencia de vainilla
-
400 g de harina 0000
-
1 cucharada de polvo de hornear
-
200 g de chips de chocolate
-
Molde N°24
-
Manteca y harina para engrasar
Preparación
-
Precalentá el horno a 180 °C. Enmantecá y enhariná el molde (idealmente tipo savarín o budinera de 24 cm).
-
En un bol grande, batí los huevos junto con el azúcar hasta lograr una mezcla bien espumosa y aireada.
-
Agregá la leche, el aceite y la esencia de vainilla. Mezclá bien para integrar todos los ingredientes.
-
Tamizá la harina junto con el polvo de hornear e incorporalos a la mezcla anterior, de a poco, usando una espátula o cuchara de madera con movimientos envolventes. No batir en exceso.
-
Sumá los chips de chocolate y mezclá suavemente para que queden bien repartidos por toda la masa.
-
Volcá la preparación en el molde y llevá al horno por aproximadamente 40 a 45 minutos. Para verificar que está listo, insertá un palillo en el centro: si sale limpio, ya podés retirarlo.
-
Dejá enfriar unos minutos, desmoldá con cuidado y pasalo a una rejilla hasta que enfríe completamente.
Consejos
-
Si no tenés chips, podés picar una tableta de chocolate semiamargo en trozos pequeños.
-
Para que no se vayan al fondo, pasá los chips por una cucharada de harina antes de agregarlos a la masa.
-
Este bizcochuelo se conserva perfectamente por 3 a 4 días bien envuelto o en un recipiente hermético.
-
Se puede freezar porciones ya cortadas. Para descongelar, bastan unos segundos en el microondas o dejar a temperatura ambiente.
Este bizcochuelo con chips es de esos que no fallan. Acompañado de unos buenos mates o un café con leche, es sinónimo de tarde perfecta.
Probalo y vas a ver que se convierte en un infaltable en tu recetario.